El proyecto del parque ha topado con la oposición de vecinos y Asaja, entre otros colectivos. Los terrenos propuestos se encuentran en dos conjuntos separados de parcelas de la finca de s’Àguila, situada a 25 kilómetros de Palma y a 10 del polígono de Son Noguera. | Redacción Digital

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La reducción de las dimensiones del parque fotovoltaico proyectado en sa Marina de Llucmajor no ha convencido a los ecologistas. De esta manera, el Grupo d’Ornitologia Balear (GOB) ha presentado nuevas alegaciones, tanto al proyecto como al estudio de impacto ambiental, a la vez que ha pedido al Govern balear iniciar el procedimiento para ampliar la protección dentro de la zona de especial protección a las aves (ZEPA).

Una parte de sa Marina recibió esta figura de protección teniendo en cuenta su importancia para determinadas especies de aves marinas. Pero una gran parte de la zona no fue incorporada. El GOB en reiteradas ocasiones ha presentado un informe en la Conselleria de Medi Ambient para justificar la importancia del entorno para diversas especies y en especial para la milana.

Según los ecologistas, «las parcelas donde está prevista la actuación limitan directamente con la ZEPA Cap Enderrocat-Cap Blanc. Por ello consideramos que hay motivos suficientes para paralizar la tramitación de este parque fotovoltaico e insistir en la ampliación de la ZEPA para salvaguardar los excepcionales valores naturales de la zona».

Alegaciones

Los ecologistas, en el mes de marzo del año pasado, ya presentaron alegaciones a este proyecto que ahora se ha vuelto a poner a exposición pública tras las modificaciones que hacen referencia tanto a la potencia instalada como a la superficie a ocupar. El GOB considera que el parque fotovoltaico es inviable «por la incompatibilidad de la instalación con los valores naturales de la zona. El proyecto afecta a algunas de las zonas más bien conservadas de Llucmajor».

Defienden que «parques de estas características representan la implantación en el suelo rústico de grandes instalaciones de carácter industrial para satisfacer un negocio privado». «La implantación de usos industriales en suelo rústico implica la transformación de los usos de este suelo que está sometido ya a muchas presiones, como pueden ser turísticas, lucrativas, inmobiliarias o especulativas que desvirtúan lo que tendría que ser su única vocación: los usos primarios».