Fachada del Ajuntament de Pollença. | Redacción Digital

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El equipo de gobierno de Pollença (Junts-UMP) ha suspendido este viernes el pleno extraordinario en el que debía aprobar una revisión del IBI que incrementaba la presión fiscal sobre los hoteleros. 12 horas después de anunciar Junts el cambio fiscal, su socio de UMP se echó para atrás.

El pleno, que finalmente se ha suspendido, debía celebrarse este viernes a las 13.00 horas, y estaba previsto que aprobara una propuesta de reforma del IBI que incluía unas bonificaciones para edificios protegidos y un aumento para los inmuebles no residenciales con más valor. Alternativa per Pollença ha informado en un comunicado que esta última propuesta «recogía la esencia de parte de una enmienda» presentada por esta formación en 2015 con la intención «de que mediante este aumento y una serie de bonificaciones a las familias con rentas bajas, se pretendía introducir la progresividad en este impuesto».

Recuerdan que cuando esta iniciativa fue presentada a la junta de portavoces contó con el apoyo de Alternativa, aunque «seguíamos reivindicando establecer criterios de renta en las bonificaciones y hacer un plan serio de ayudas al alquiler».

Según esta formación «todo hacía prever la aprobación de esta propuesta», por eso cuando en la noche del jueves «supimos que Unió Mollera Pollencina se retractaba y que, para no hacer el ridículo más espantoso decidieron suspender el pleno, no podíamos dar crédito».

Según Alternativa «Unió Mollera Pollencina, sin complejos, se quita la máscara con la que ha intentado disimular desde las elecciones, para mostrar de forma clara cuales son los intereses que defiende» y añade que «se pone de parte de los propietarios del 2% de edificios no residenciales de mayor valor: hoteles, grandes superfícies...».

Detalla que si se analiza a cuantos inmuebles urbanos afectaba la subida del IBI «resulta que sólo afectaba al 0,6%».