Mientras dure este acuerdo –cuatro años de vigencia y la posibilidad de otros cuatro de prórroga– el Consell ubicará en el centro cultural la oficina del Consorci Museu Marítim de Mallorca y reabrirá el museo al público con todos los gastos a su cargo. Contratará para ello un servicio de seguridad y un equipo educativo.
La concejala de Cultura, Laura Celià, destacó que «los únicos gastos que tendrá el Ajuntament serán la licencia de actividades, la redacción de un plan de autoprotección, obligatorio para los museos, y elaborar la ficha del catálogo municipal».
El portavoz del PP, Carlos Simarro, criticó duramente el acuerdo y acusó al equipo de Gobierno, y en particular a la concejala de Cultura, de «falta de transparencia» y de haber «ocultado información a la oposición» sobre este tema. Lamentó que el Ajuntament «regale un museo al Consell en lugar de intentar reabrirlo mediante otras fórmulas».
Sin embargo, el PP no se atrevió a votar en contra del convenio y solamente se abstuvo.
Hay que recordar que fue precisamente el equipo municipal de Simarro el que decidió cerrar «provisionalmente» la instalación en 2011, por falta de presupuesto. PSOE, Més, Guanyem y el PI votaron a favor de la reapertura como sede provisional del Museu Marítim insular.
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