Según los últimos datos publicados por la Conselleria d’Agricultura, Mallorca cuenta con 19.133 hectáreas de campos de almendros. Por contra, unas seis mil hectáreas serían improductivas o estarían en situación de abandono. | Pere Bota

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El sector agrícola hace años que advierte de la regresión de los campos de almendros. Baleares ha pasado de ser una de las principales comunidades autónomas productora de almendra a situarse en las últimas posiciones. Las estimaciones del sector para este año no son muy esperanzadoras. Calculan que este verano se recolectarán unas mil toneladas de almendra, lo que supone un 20 % menos de producción que en 2018 cuando se recogieron 1.250 toneladas. Es más, algunos expertos como la cooperativa Camp Mallorquí cree que la cifra todavía será inferior.

Los motivos son diversos y se van agravando año tras año. Así lo reconoce el director general d’Agricultura del Govern, Biel Torrens, que lamenta que no se ha adaptado el cultivo a la realidad actual. Es más, atribuye este descenso a las afectaciones del cambio climático, con una sequía en Mallorca casi constante, y al abandono progresivo del campo.

En 2017 el propio Torrens, que lideraba Unió de Pagesos, aseguraba entonces que en tan solo un año se habían perdido entre 3.000 y 4.000 hectáreas de plantaciones de almendros productivos. Es decir, árboles sanos que produzcan fruto en campos cuidados. Según los últimos datos disponibles en la Conselleria de Agricultura, en Mallorca hay 19.133 hectáreas de campos de almendros. Por contra, unas 6.000 hectáreas serían improductivas o en estado de abandono.

El gerente de Camp Mallorquí, Aldo Castelli, asegura que una de las causas de este declive es que «tenemos un problema estructural en el sector ya que desde hace veinte años no ha habido una inversión en el campo». La plaga de la Xylella fastidiosa «es la puntilla a una serie de factores que arrastramos desde hace muchos años», añade.

Precisamente la sequía que atraviesa Mallorca acentúa la proliferación de la Xylella ya que los árboles, muy dañados, son más propensos a morir por la bacteria. Según apunta el jefe de Agricultura del Govern, Andreu Juan, se han detectado 189 positivos en almendros. Por su parte, desde Asaja, su gerente Joan Simonet, coincide con las malas previsiones para este año. Añade que las medidas que se deben adoptar para revertir la situación «son las de fomentar nuevas plantaciones de regadío con variedades resistentes y comerciales».

Precisamente, la mayoría de plantaciones de almendros en la Isla son de secano, con árboles ya muy viejos y los que no están abandonados dan una producción baja.