La depuradora de Son Bosc, situada junto al parque natural de s’Albufera. | Redacción Part Forana

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El proyecto de construcción de una depuradora en Can Picafort –al que se opone rotundamente el Ajuntament de Santa Margalida– tiene el visto bueno tanto del Gobierno central como del Govern balear. Es la única opción que barajan ambas administraciones como solución ante el mal funcionamiento de la actual estación depuradora (EDAR) de Son Bosch y su vertido a la bahía de Alcúdia de aguas que no están suficientemente tratadas.

El proyecto está declarado de interés general desde 2010, hace casi una década, pero su ejecución se ha ido retrasando, por una parte por las numerosas alegaciones planteadas por el Ajuntament de Santa Margalida de la mano de su teniente de alcalde, Joan Monjo; y por otra parte, por la imposibilidad de arrancar un compromiso de financiación al Ministerio de Transición Ecológica mientras el Gobierno central continúe en funciones.

Aun así, desde el Govern no se plantean otras opciones que no sean continuar adelante con este proyecto. «Todos sabemos que la tramitación de un proyecto como éste se prolonga durante años; ésta es la solución más inmediata que tenemos ante la falta de capacidad de la depuradora de Son Bosch, no tenemos 6 u 8 años más que perder redactando y tramitando un proyecto distinto», señala la directora general de Recursos Hídrics, Joana Garau.

El proyecto, que prevé tratar las aguas residuales de Can Picafort, mientras que la actual depuradora de Son Bosch se quedaría solo las de la Platja de Muro, ha superado dos tramitaciones de impacto ambiental, una por parte de Madrid y otra del Govern, según explica Garau, quien admite que recientemente se ha reunido tanto con responsables del Ajuntament de Muro como con los de Santa Margalida, ambos con posturas enfrentadas en relación al proyecto y que han acabado en los tribunales.

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Joan Monjo, quien lidera la oposición de Santa Margalida a esta nueva depuradora ubicada en Can Picafort, alega sobre todo que «este proyecto no contempla reutilizar el agua para regadío, algo que consideramos necesario y, por tanto, no se puede emplazar en medio de un pinar, como está previsto; y por otro lado, incluye un emisario submarino que tampoco queremos tener en nuestras playas».

La postura de Muro se alía con la de Gobierno y Govern. «El emisario submarino estará a 5 km de la costa, prácticamente fuera de la bahía, y con una tecnología del siglo XXI, por lo que el agua que vertirá cumplirá la normativa; todo lo contrario de lo que ocurre ahora con Son Bosch», señala Jaume Ramon, técnico de Medio Ambiente del Ajuntament de Muro.

Descartan otras alternativas

El departamento de Recursos Hídrics, dependiente de la Conselleria de Medi Ambient, descarta aplicar al problema de los vertidos de la depuradora de Son Bosc al mar otras soluciones que no sean construir la nueva depuradora de Can Picafort. «Todas las alternativas planteadas por Monjo se han valorado y son inviables: No se puede ampliar Son Bosc porque está en un parque natural (s’Albufera); ni reutilizar el agua para regadío porque tienen un problema de salinidad, aunque en el futuro no es incompatible con el emisario; y porque este proyecto es supramunicipal, prima su interés general».