Durante estos últimos diez días, los voluntarios de la iniciativa «Inca Repunta» han confeccionado unas 1.200 mascarillas y más de 4.000 batas. | Redacción

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Las iniciativas ciudadanas inundan de buenas intenciones estos días de confinamiento por el coronavirus. Una de las más numerosas y efectivas se está produciendo esta última semana en Inca, con un numeroso grupo de voluntarios que se ha dedicado a confeccionar batas y mascarillas para el Hospital Comarcal y para los centro de salud de la ciudad. El proyecto se ha titulado «Inca Repunta».

El proyecto nace desde el Ajuntament d’Inca y concretamente del área de Participació Ciutadana dirigida por Andreu Caballero y bajo la coordinación de Simona Payeras (en la foto de la derecha ataviada con una mascarilla).

Lo que empezó como un llamamiento desde la oficina de atención juvenil se fue extendiendo y en una semana ya se han llegado a los setenta voluntarios. El objetivo es el de ayudar a los centros sanitarios de Inca a que tengan material de protección lo más adecuado a las posibilidades existentes. El teléfono de la coordinadora de participación ciudadana echó humo durante los primeros días y en poco tiempo ya se habían cubierto las plazas de voluntarios. Ahora son los propios ciudadanos quienes han creado pequeñas redes de colaboradores que contribuyen a aumentar el número de piezas confeccionadas.

BATAS INCA

Lo primero que se hizo antes de arrancar la iniciativa fue consultar con el Hospital Comarcal los materiales que se debían usar. Para la confección de las batas se utilizan bolsas de basura de plástico, mientras que para las mascarillas, el mismo hospital ha facilitado la tela necesaria para que cumplan con las mínimas exigencias de protección.

Desde hace unos diez días, el grupo de voluntarios no ha parado de crecer, al igual que la producción diaria de las prendas para entregar a los sanitarios y que complementan la escasez de equipos de protección que las autoridades van proporcionando paulatinamente.

Así pues, los voluntarios han logrado entregar unas 1.200 mascarillas y más de 4.000 batas al hospital. En cuanto a las batas, cabe destacar que no son las mismas las que se recogen en el hospital que las que van destinadas a los centros de salud.

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Fábricas y materiales

No cabe duda que la larga tradición del calzado de Inca ha permitido que la iniciativa haya calado hondo entre la población, porque en muchos hogares aún quedan máquinas para repuntar.

También se ha hecho notar el stock que guardaban fábricas ya cerradas y que sus propietarios han puesto al alcance de los voluntarios para que se pudieran confeccionar las batas y las mascarillas. Así, los organizadores de la iniciativa «Inca Repunta» han recibido bovinas de elástico, alambres y otros materiales que también han aportado empresas locales que ahora han cerrado temporalmente a causa del estado de alarma. Desde el Hospital Comarcal d’Inca se han mostrado muy agradecidos con la iniciativa.

Punts amb Vida también ha confeccionado mascarillas

La asociación Inca Solidària, conjuntamente con Punts amb Vida, arrancó una iniciativa similar a la de «Inca Repunta» con una campaña para confeccionar mascarillas, algunas de las cuales se han podido hacer gracias a una donación de sábanas de Hotels Viva.

Durante la última quince el grupo de costureras se ha encargado de preparar las mascarillas que después se han entregado en empresas, cuerpos de seguridad y centros sociales.