La costa del municipio se llena de barcos que fondean los meses de verano | Lola Olmo

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Vecinos de Es Barcarès y Es Morer Vermell han mostrado su estupor y quejas por la creciente proliferación de fondeos ilegales en las playas de estas dos urbanizaciones de la costa de Alcúdia. Desde hace años la imagen se repite: centenares de embarcaciones de recreo pasan el verano amarradas a boyas que sus propietarios han instalado, junto con un«muerto», en las aguas de baño al no disponer de un amarre.

En 2021 el GOB documentó el impacto ambiental de los fondeos ilegales en el Port de Pollença, pero a menor escala, la situación es la misma en estas dos calas ubicadas en la Bahía de Pollença, aunque pertenecen al municipio de Alcúdia. En el caso de Es Morer Vermell, ocurre en la playa de Es Clot, una zona de baño familiar y tranquila utilizada por vecinos de Alcúdia.

«Ahora la invasión de barcas entrando y saliendo por la zona de baño pone en peligro a los bañistas y contamina las aguas con los productos que usan para su limpieza y con las cadenas que hay en el fondo marino, que han hecho desaparecer la flora marina de antaño, cuando las aguas eran cristalinas», apunta uno de los residentes que lleva seis décadas veraneando en este núcleo. «La presencia de posidonia es escasa, pero empieza a crecer en los espacios donde no hay barcas», confirma otro vecino, careta de buceo en mano.

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Hasta hace pocos años, incluso se podían ver varios ejemplares de nacras y abundacia de cangrejos y erizos en esta cala rocosa, a poca profundidad. Justo enfrente está el puerto deportivo de Es Barcarès, en el que vecinos de lazona tienen barcos de hasta nueve metros de eslora. Se trata de una infraestructura gestionada por el organismo público Ports IB que fue remodelada en 2018 por el Govern, con una inversión de 275.376,18 euros.

Centenares de fondeos

El caso del vecino de Es Barcarès es aún peor. En esta franja de costa que une Alcúdia con el Port de Pollença los fondeos ilegales se cuentan por centenares. La parte más antigua de este núcleo está jalonada de pequeños embarcaderos de obra construidos en su día mediante concesiones de Costas unos, y sin autorización otros.

En los escasos 650 metros de mar en línea recta que van desde Es Corral d’en Bennàssar hasta la Punta des Sebel.lí, todo ello constituido por chalets y apartamentos junto a zonas de baño de roca, en verano se cuentan por centenares las embarcaciones fondeadas ilegalmente: lanchas, llaüts y hasta motos acuáticas. Todas ellas están amarradas a un «muerto» realizado tirando un bloque de hormigón al mar o una rueda de tractor rellena de hormigón, y con cadenas que se arrastran por el fondo marino con las corrientes, arrasando la vegetación.