Las cabras incluso llegan a entrar en los jardines.

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De cada vez es más común encontrarse cabras salvajes transitanto por carreteras o zonas urbanas. La situación se ha vuelto preocupante en municipios como Andratx o Sóller donde las chivas bajan de la montaña hasta zonas residenciales y entran en jardines en busca de alimento e incluso se beben el agua de las piscinas. En Camp de Mar, por ejemplo, hace años que los vecinos denuncian esta situación que se agrava durante los meses de verano por la falta de pastos en su hábitat natural.

Conocer la población real de cabras salvajes en zonas como la Serra de Tramuntana o el Llevant de Mallorca es el primer paso para saber el alcance real de la problemática. En este sentido, el departamento de Caza del Consell de Mallorca junto a la Conselleria d’Agricultura, Pesca i Medi Natural han acordado colaborar para realizar un censo global de la población de chivas que servirá para conocer mejor sus movimientos estacionales y las densidades zonales. Esto permitirá, aseguran, priorizar el control allí donde sea más necesario.

Los técnicos de la dirección insular de Caza aseguran que uno de los motivos que origina esta situación es la falta de gestión de los bosques. «La capacidad de carga de la montaña ha bajado drásticamente porque ya no se siembra, no se gestiona el bosque ni la quema de carrizo para favorecer el rebrote y el pasto», apuntan. A ello hay que añadir que tampoco se mantienen muchas de las estructuras hídricas de antaño, que permitía que los animales bebieran en periodos de sequía estival.

Ante este ‘abandono’ generalizado de parte de las masas forestales, las cabras se desplazan hacia urbanizaciones y zonas periurbanas en busca de alimento y agua, lo que provoca las quejas vecinales. Cabe señalar que la creciente urbanización de la Isla también ha propiciado esta situación.

Para el director insular de Caza, Sebastià Perelló, el principal control de las cabras «se realiza mediante la caza» y mantien que sin el colectivo de cazadores la proliferación de esta especie «sería todavía mayor». Desde el Consell se conceden autorizaciones excepcionales de control por razones ambientales y de seguridad en zonas donde está permitida la caza.