El Túmul de Son Ferrer es uno de los yacimientos más significativos del municipio de Calvià, con más de 3.000 años de historia.

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Nuevos pasos para conocer con más detalle como eran los entierros en Mallorca hace más de 3.000 años. Estos días han finalizado los trabajos de restauración de la entrada monumental del Túmul de Son Ferrer, un espacio funerario de gran interés arqueológico e histórico. Durante estas dos últimas semanas se han llevado a cabo las tareas de intervención para restaurar y consolidar el yacimiento arqueológico.

Las actuaciones, explican desde el propio parque arqueológico Sa Morisca, se han centrado en restituir friso situado sobre la entrada de la cueva y se han repuesto algunas de las losas desplazadas. Esta cueva es «un ejemplo muy bien conservado de las entradas monumentalizadas del momento final de la prehistoria balear», explican a la vez que recuerdan que es aquí donde se pueden conocer las influencias mediterráneas de los pueblos colonizadores (púnicos y romanos).

La actuación la ha llevado a cabo la técnica de restauración del Ajuntament de Calvià, Emmanuelle Gloaguen, junto al mestre marger, Lluís Escat y la supervisión arqueológica de los directores del yacimiento, Manel Calvo y Jaume Garcia-Rosselló.

Cabe recordar que el Túmul de Son Ferrer es uno de los yacimientos más significativos del municipio de Calvià, con más de 3.000 años de historia. Se trata de una estructura maciza que presenta una planta de tendencia ovalada con una longitud de 22,3 metros y otros 2 metros de altura. Está realizada con bloques de marès dispuestos según la técnica de pedra en sec.

Este fue un espacio socialmente muy importante en su momento, ya que se utilizó como lugar de reuniones para celebrar banquetes rituales. Además de espacio funerario para las comunidades prehistóricas. Destaca, según apuntan los técnicos, el corredor de acceso a la cueva y los espacios cercanos para enterrar a los bebés muertos durante el parto o de poco tiempo.