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Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno formarán un pequeño triángulo en el cielo sobre las nueve de la noche de mañana, cuando se producirá el mejor momento de la conjunción de los cinco planetas visibles desde la Tierra: un fenómeno que comenzó el pasado 19 de abril y permite contemplarlos a simple vista. Esta circunstancia «no había tenido lugar desde hace doce años» y no se repetirá «hasta 2020», manifestó Telmo Fernández, subdirector del Planetario de Madrid. «Se trata de un fenómeno bastante curioso», agregó el astrofísico, quien lo atribuyó a una coincidencia en el movimiento de traslación de los planetas alrededor del Sol, «similar a un tiovivo en el que los caballitos giran a diferente velocidad».

Mañana será el día en que Mercurio alcance su «máxima altura» y pueda apreciarse mejor el brillo «blanco intenso» de Venus, acompañado de la luz rojiza de Marte y la amarillento-anaranjada de Saturno. El planeta más próximo al Sol irá descendiendo en altura los días siguientes y cederá protagonismo a otros como Júpiter, «de color blanquecino y bastante brillante». Así, el 10 de mayo los planetas Venus y Marte se encontrarán tan cerca el uno del otro que, al mirarlos a simple vista, parecerán formar un solo y único planeta.

El alineamiento "sumamente raro y que sólo se repetirá en 2020 y 2040" podrá ser observado a simple vista al caer la noche. La única condición es esperar el fin del crepúsculo para que el cielo esté lo suficientemente oscuro. Para situarse, el aficionado puede recurir a un mapa celeste o, mucho más simplemente dirigir la mirada hacia el oeste y localizar a Venus, el llamado «lucero del alba», cuya magnitud (es decir su brillo) es particularmente fuerte y de color blanco. Encontrado Venus, el resto de planetas pueden ser ya localizados facilmente en el firmamento.

Otro de los momentos cumbre de la conjunción se producirá casi al final, el día 20 de mayo, cuando todos los planetas menos Mercurio, ya oculto tras el horizonte, formen «una línea recta en el cielo». Estos fenómenos, que sólo afectan a planetas visibles «cinco veces por siglo», se producen más frecuentemente de forma parcial, sobre todo en el caso de Mercurio, que al completar en ochenta y ocho días su movimiento de traslación «produce casi una conjunción al mes». Aunque su aparición suele estar ligada a supersticiones, el Planetario niega que las conjunciones puedan «llegar a afectar a la Tierra», ni siquiera en el caso de las mareas, influidas por la «fuerza de atracción gravitatoria» de otros cuerpos celestes.