La auxiliar de enfermería Teresa Romero, a su llegada este miércoles los juzgados de Plaza Castilla de Madrid, junto a su marido, Javier Limón (i), y su abogado. | Fernando Alvarado

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La auxiliar de enfermería que superó el ébola, Teresa Romero, se incorpora este jueves a su puesto como auxiliar de enfermería en el Hospital Carlos III-La Paz tras diecisiete meses de baja desde que se contagió del virus, enfermedad que superó con éxito tras una larga lucha.

Fuentes cercanas a la familia han señalado que la incorporación tendrá lugar después de que su médico de cabecera le diera este miércoles el alta de la baja al estar en condiciones para volver a su puesto. Hasta su contagio, trabajaba atendiendo casos de infecciones de VIH, hepatitis o tuberculosis, entre otras afecciones.

En octubre de 2014, la auxiliar se convirtió en la primera española contagiada por el virus. Fue el primer caso de contagio de ébola fuera de Africa occidental al atender al misionero Manuel García Viejo, que fallecería a causa de la enfermedad el 26 de septiembre de 2014.

Se ofreció como voluntaria para cuidar a los dos misioneros repatriados de Africa. Tras estar 30 días aislada en una habitación en este hospital, el 5 de noviembre recibió el alta hospitalaria después de recuperarse de las secuelas dejadas por el virus.

Vuelta a la normalidad

Tras salir del hospital, ofreció una rueda de prensa en la que agradeció el apoyo mostrado. «No sé lo que falló, ni siquiera sé si falló algo. Sólo sé que no guardo rencor ni reproches», manifestó entonces. Tras ello, descansó unas semanas en Becerreá, en Lugo, y volvió a Madrid para recuperar su vida.

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Durante estos meses, emprendió acciones legales contra el exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Javier Rodríguez por un delito de injurias y calumnias. Romero llevó a los tribunales las declaraciones en las que el exconsejero manifestó que «pudo haber mentido» cuando se infectó de la enfermedad. La causa se archivó.

También se tuvo que enfrentar a la médico que la atendió en un primer momento en un centro de salud de Alcorcón, quien interpuso una querella por injurias y calumnias. La facultativa denunciaba que mintió al afirmar que la había dicho que estuvo en contacto con personas afectadas con el virus. Finalmente, alcanzaron un acuerdo para evitar ir a los tribunales.

Teresa y Javier Limón, su marido, también presentaron una reclamación a la Administración por el sacrificio de Excalibur, el perro de la pareja, a quien se «ejecutó», según aseguró Limón, sin un diagnóstico previo.

Este miércoles, la sanitaria volvió a los tribunales en la causa en la que la juez de Instrucción número 21 de Madrid investiga las supuestas negligencias cometidas al no haberse adoptada las medidas necesarias para evitar el contagio.

En su declaración, señaló a la juez que no recibió formación específica para evitar contagios. Tan sólo asistió a algunas charlas informativas y asistió a un taller de una hora en el que els mostraban cómo ponerse el traje

La denuncia que dio origen al procedimiento fue presentada por 15 médicos del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital La Paz-Carlos III. Tras abrirse diligencias de investigación en octubre de 2014, se sumaron al procedimiento otras denuncia de CSIF y del Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE). También se sumó el despacho Garzón Abogados, que representa a Romero.

La testifical de Teresa Romero es la primera declaración que se toma en la causa. Hasta ahora la magistrada se había limitado a solicitar documentación acreditativa de las medidas que se adoptaron en el hospital madrileño.