Un hombre herido es rescatado por los equipos de emergencia en Amatrice, en el centro de Italia. | MASSIMO PERCOSSI

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Margherita Amodei y Antoni Blas Batet son dos españoles que se encontraban de vacaciones en la localidad italiana de Campotosto, cercana al epicentro del terremoto que ha sacudido el país esta madrugada y que se ha cobrado la vida de al menos 38 personas, mientras que decenas permanecen desaparecidas.

«El momento del terremoto ha sido muy violento y la cama donde estábamos durmiendo se movía como una barca. Lo que pasa es que ha durado unos pocos segundos, al cabo de unos minutos ha habido una réplica y, una hora después, otra, pero ya estábamos en el coche camino a Roma», ha relatado Batet.

Batet ha rememorado que han sentido el seísmo hacia las 3.30 horas de la madrugada. «Hemos sentido el terremoto a las 3.30 horas. Hemos sentido una sacudida muy fuerte y nos hemos levantado enseguida. Este es un lugar que quedó afectado hace siete años por el terremoto de L'Aquila y todavía la iglesia y algunas casas estaban afectadas», ha añadido.

Asimismo, este turista catalán también ha explicado que su reacción ha sido «instintiva», de salir a la calle. «Todo el mundo del pueblo estaba en la calle o en los coches asustada temiendo lo que ocurrió en el anterior terremoto. La idea de estar en casa daba miedo solo de pensarla», ha comentado.

Tras la sorpresa inicial, ambos han dejado ya la zona y esta mañana se han ido al sur de Roma, donde sus cuñados tienen una segunda residencia. «Para nosotros se ha quedado sólo en un susto mayúsculo», ha concluido.