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Ni los pequeños en edad escolar se libran de su particular síndrome postvacacional, que en este caso se materializa con la ansiada para unos y denostada por otros vuelta al cole.

Muchos niños esperan con ilusión el momento de reencontrarse con sus compañeros, a quienes no ven desde hace mucho ?definitivamente, para un niño casi tres meses es mucho tiempo?, para poder explicarles con todo tipo de detalles sus vacaciones de verano.

En cambio, a otros, el regreso a los estudios y a la rutina les genera incomodidad, angustia e incluso estrés, de la misma forma que les sucede a algunos mayores con el trabajo. Por ello conviene tener en cuenta algunos puntos útiles para hacer la experiencia más llevadera.

1. El cambio de horarios empieza con la rutina de despertarse. Acostarse más tarde y levantarse no muy pronto es algo bastante habitual en verano, por lo que madrugar puede parecer todo un reto los primeros días de septiembre. Por ello lo aconsejable es ir entrenando los relojes biológicos de los niños algunos días antes de tener que volver a las clases.

2. Las prisas son malas consejeras. Empezar el día corriendo, desayunando deprisa y salir de casa pitando no es la mejor opción nunca, y menos aún con el arranque del curso escolar. Dejar preparada la ropa, la mochila hecha y a ser posible la merienda la noche anterior puede ser una buena opción para no ir cortos de tiempo.

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3. El desayuno y la merienda son comidas fundamentales, sobre todo en estos primeros días de vuelta a la realidad. Hay que procurar equilibrarlas con alimentos saludables y otros que a su vez les resulten atractivos. Puede ser una buena idea sentarse con ellos y plantear entre todos un calendario de meriendas apetecibles.

4. Acotar el tiempo que destinan a elementos de ocio como la televisión, smartphones e internet es un punto fundamental, debido al hecho de que, normalmente, en verano se es algo más permisivo con la utilización de estos dispositivos. No se trata de poner un candado al mando a distancia, pero los niños deben de tener tiempo de hacer los deberes, practicar alguna actividad extraescolar y jugar en el parque.

5. Un espacio para el estudio organizado, sin distracciones y en silencio puede fomentar a que los niños adquieran desde una edad temprana el hábito de trabajar y estudiar en casa. Es aconsejable que la silla y la mesa sean cómodas, que haya en la habitación una buena temperatura y se disponga de una correcta iluminación.

6. Repasar con los pequeños la ruta que vayamos a usar para llevarlos al cole, así como ayudarles a hacer un mapa mental de las principales dependencias que vayan a utilizar en la escuela puede ser de utilidad, sobre todo en el caso de aquellos niños que lleven pocos cursos en su centro educativo, o que se hayan cambiado recientemente.

7. Echar un vistazo al armario con previsión para desechar la ropa y calzado desgastado o roto, y donar aquellas prendas que estén en buenas condiciones pero que hayan quedado pequeñas puede ser una buena idea para enseñar a los niños el valor del dinero, así como la importancia de compartir y donar.