El 'Queen Elisabeth 2' en una de sus visitas a Palma.

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El Queen Elizabeth 2 cumple 50 años. Un aniversario ahora recién convertido en hotel de lujo en Dubai, tras diez años a la espera de hacerse realidad este digno retiro. Desde su entrada en servicio en 1969 el orgullo naval de los Astilleros escoceses John Brown y buque insignia de la prestigiosa Cunard Line (donde también se construyeron sus antecesores, el Queen Mary en 1936 y el Queen Elizabeth en 1940) visitó por vez primera el Puerto de Palma el día 30 de abril de 1972. Una fecha que marcó un hito en la bahía al ser el mayor buque atracado hasta entonces en el Dique del Oeste, único enclave capaz de acoger sus 294 metros de eslora por 32 de manga, entonces con 65.863 toneladas de registro. Su escala, anunciada con antelación por la prensa local, suscitó gran interés en una época en que el puerto era un popular punto de encuentro ciudadano. Una hilera de vehículos se formó a lo largo del Paseo Marítimo hasta llegar a su punto de amarre. Solamente la prensa, autoridades y agentes de viaje fueron invitados.

El alcalde de Nueva York había proclamado tres años antes el ‘Queen Elizabeth 2 Day’ con motivo de su primera visita. Por aquel entonces, los grandes trasatlánticos se despedían de la escena marítima tras más de un siglo surcando los mares, sustituidos por los primeros buques de crucero, un nuevo tipo de barco ideado como un hotel en el mar.

Así, el QE2, como se le conocía popularmente, era el último vestigio de una estirpe cuyo único descendiente, el Queen Mary 2, no vería los océanos hasta 2003. Pero el Queen Elizabeth 2 capeó las adversidades y continuó visitando Mallorca en sus cruceros y vueltas al mundo hasta el 15 de mayo de 2006. Aunque sus escalas no estuvieron exentas de problemas. Las amenazas terroristas motivaron con frecuencia estrictas medidas de seguridad, con acceso prohibido a su muelle de amarre.

Así sucedió con motivo de un crucero para celebrar el 25 aniversario de Israel. En otra ocasión se contrataron burritos para trasladar a una convención de ejecutivos. En 1987 fue remodelado con el cambio de turbinas a motores diésel, y dotado de nueva chimenea con los colores de Cunard, recuperados tras su papel en la Guerra de las Malvinas. A partir del año 2000 su presencia ya quedaba eclipsada en tamaño por los primeros megacruceros.