«Encendimos el fuego y, tan pronto como pusimos algunas salchichas, el olor empezó a atraer a muchos de ellos», indicó la familia.

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No es extraño estar comiendo en el campo y que llegue una larga hilera de hormigas a los alimentos, pero esta familia australiana hubiera preferido ser invadida por estos insectos que por los cangrejos que llegaron a olor de su barbacoa.

Amy Luetich y su familia, junto a unos amigos, estaban acampando en la Isla de Navidad (al noroeste de Australia) cuando se dispusieron a asar carne. «Al llegar, nos dimos cuenta de que bajo un árbol había unos 20 [cangrejos], más de lo normal», contó la mujer a Studio 10.

«Encendimos el fuego y, tan pronto como pusimos algunas salchichas, el olor empezó a atraer a muchos de ellos. Todos salieron de la nada», explicó. Jacob, su hijo, contó un total de 52 cangrejos de los cocoteros, los cuales están considerados el crustáceo terrestre más grande del mundo.

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«Hemos acampado otras veces en esa zona y nunca hemos visto tantos cangrejos ladrones... Empezaron a subir a la mesa y otro incluso se subió a la barbacoa», narró Jacob a DailyMail.

Estos animales carnívoros pueden llegar a medir un metro de ancho y tienen un gran sentido del olfato. Reaccionan especialmente rápido a olores como la carne, las bananas o los cocos, alimentos que son recurrentes en su dieta. De hecho, aunque suelen moverse lento, aumentan su velocidad notablemente cuando huelen comida.

En este caso, la familia y los amigos de Amy Luetich no corrían peligro, pues no atacan a los humanos, pero sí que tienen entre sus presas a animales como las tortugas, ratas u otras especies que huyan lento.