El famoso meme «Hide the Pain, Harold». El búlgaro András Arató participó en una sesión de fotos para un banco de imágenes y su fotografía se volvió viral. Es considerado uno de los memes «clásicos» y más antiguos de internet. | Twitter

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Los memes se han convertido en un emblema del siglo XXI. Se trata de fotografías, imágenes o vídeos sarcásticos y reinterpretables, que se popularizan masivamente a través de las redes sociales. La palabra tiene su origen en el adjetivo griego mimema, que significa «lo que se imita». De autoría difusa, cualquier cibernauta puede apropiárselo, transformarlo y reconvertir su mensaje. En esencia, «un meme es una ocurrencia ingeniosa, normalmente humorística, plasmada en formato digital, que facilita su apropiación y transmisión por redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea.

No todos los memes hacen fortuna, pero los más conocidos son, precisamente, los que se han conseguido viralizar», explica Ferran Lauleza, profesor del Grado de Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. Aunque no existe una fórmula mágica para conseguir viralizar un contenido, sí que existen una serie de factores clave que posibilitan una mayor circulación por redes sociales. Un estudio de diversas universidades de Reino Unido ha establecido los siguientes puntos a tener en cuenta en la viralización de memes:

  • Ironía y sarcasmo: hacer reír es su finalidad última. Casi la totalidad de memes hacen burla, de forma sarcástica, de diferentes temáticas, según el texto y la interpretación del autor de cada meme.
  • Expresión facial: el 84 % de los memes que se hacen virales muestran la expresión facial de, al menos, una persona.
  • Emoción positiva: si el meme transmite una emoción positiva tiene muchas más probabilidades de triunfar. En concreto, el 39 % de los memes virales comparten esta situación, en contraposición con el 15 % de los memes que no se viralizan.
  • Simple y entendible: el receptor ha de poder interpretar el meme sin la necesidad de tener que leer el texto.
  • Estética informal y poco cuidada: no ha de contener toques artísticos ni demasiado cuidados. De hecho, los que mayor triunfan son los más simples e informales.
  • Replicable: cuanta más capacidad tenga el meme de adaptarse a nuevos mensajes, mayor recorrido por redes sociales tendrá.

«El predominio de elementos visuales, la simplicidad, el uso de pocas palabras y el potencial para generar adaptaciones y variantes son fundamentales», sintetiza Lauleza. El meme es, sin duda, un nuevo formato propio del mundo online, que se consolida cada vez más. Según las analísticas del buscador Google, en 2014 más personas buscaron la palabra «meme» que «Jesús», «Messi» o «Cristiano Ronaldo».