Ángela Verdera y María Ballester, las hadas madrinas que se encargan de encontrar a la empleada perfecta para cada familia. | Jaume Morey

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Del mismo modo que el personaje de Santiago Segura en Padre no hay más que uno creó una app para resolver el desorden de actividades e informaciones relacionadas con sus hijos, Ángela Verdera (Palma, 1981) y María Ballester (Palma, 1981) han creado Pide por esa boquita, una empresa dedicada a encontrar la niñera o empleada de hogar perfecta para cada familia. Ambas madres trabajadoras, coincidieron en el colegio de sus hijos. «Teníamos muchos problemas para encontrar canguros que se pudieran quedar con los niños cuando estaban enfermos o cuando teníamos que trabajar. Nos dejaban en el último momento, no tenían disponibilidad... Era un caos», una situación, recuerda Ángela, generalizada entre todos los padres del colegio. Las buenas empleadas de hogar escaseaban y sus contactos se guardaban como un billete de lotería premiado.

En plena pandemia, tiempo de frenazo de la actividad y reflexión, María dio con la idea para poner fin a la difícil conciliación familiar. Ante la falta de soluciones, decidieron pasar a la acción crear lo que ellas -y muchos otros padres- necesitaban: una empresa que se encargara de buscar a la persona perfecta a quien confiarle los hijos, los mayores o el hogar. «En Mallorca no existían empresas enfocadas a empleadas domésticas para familias con niños», subraya María.'Pídeme por esa boquita', el proyecto de estas dos palmesanas, destaca por su atención personalizada. Ángela y María contactan personalmente con cada hogar que demanda sus servicios. Piden una «lista de deseos» que ellas tratan de hacer realidad. Buscan canguro, cuidador para personas mayores o limpiador como si fuera para su misma casa. Conocen bien las cualidades necesarias, tras muchos años contratando estos servicios.

«Cada familia es un mundo. Las hay que viven en Palma o en la Part Forana, que tienen bebés, personas mayores, que necesitan a alguien que cocine...», ejemplifica Ángela. En base a las necesidades de cada caso, criban de forma exhaustiva entre su cartera de más de 700 perfiles, la mayoría, de mujeres de entre 20 y 55 años. «Nos piden sobre todo jóvenes con estudios universitarios relacionados con la educación o mujeres filipinas, porque en ese país hay escuelas de Housekeeping (cuidado doméstico) y muchas cuentan con estas titulaciones», detalla. Todo para dar con la persona idónea. «Queremos gente que quiera trabajar con una familia a largo plazo», incide su socia. El teléfono no les para de sonar a lo largo del día. En el año y medio de vida de ‘Pídeme por esa boquita’ María y Ángela han ayudado a unos 150 hogares de Mallorca a encontrar a la empleada perfecta. Cada llamada es un reto, una búsqueda -en ocasiones, contrarreloj- para dar con un perfil concreto. Y les encanta.