Desde el año 2018, Naroa Cerdán comenzó a crear su colección privada que cuenta con numerosos objetos y piezas de edición limitada. | Julián Aguirre

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Desde el primer momento, Harry Potter y la piedra filosofal, la primera película de la saga, le fascinó, pero nunca imaginó que llegara a ser una potterhead, como se conoce a los fans de la saga, y tener una de las mejores, por no decir la mejor, colección de réplicas, objetos y piezas de la serie Harry Potter en Baleares. Naroa Cerdán (Manacor 1989) se dedica profesionalmente al negocio familiar, el Forn Ca’n Tòfol, en Manacor. No sabe ni cuántas piezas posee, ni cuánto se ha gastado, pero sabe que hoy en día su valor es mayor. «No, no se vende nada», comenta tajantemente Naroa, quien inicialmente vio la primera película de la saga y posteriormente se leyó el libro.

Tras aquello vino el segundo tomo y fue cuando comenzó a interesarse de verdad. «Yo tenía 11 años, como el protagonista, y desde el primer momento me encantó, e incluso sentí envidia y me hubiera gustado estar en la piel de aquel chico», asegura Naroa, quien ha leído los siete libros hasta tres veces, y ha visto las ocho películas en varias ocasiones. «Me sé de memoria los diálogos de todas las películas. De hecho en Navidad, en casa, es obligatorio ver las películas de Harry Potter. Incluso para mi pareja, que es más fanática de Nintendo y Súper Mario que de Harry Potter».

La colección está cuidadosamente ordenada y protegida, tras unas vitrinas, en un espacio especial, ubicado en el gran salón de su casa. «De pequeña, lo típico, jugaba con las barbies y muñecos de peluche, pero recuerdo que tenía una agenda interactiva de Harry Potter y el juego de la Game Boy. No sabía que había todo un mundo de coleccionistas hasta que en 2014 empecé a investigar». Pero para Naroa era imposible comenzar su colección, ya que junto a su pareja vivían en un apartamento de tan sólo 30 metros cuadrados. «Mi sueño era tener una colección con la escoba, la túnica, etc., todo lo que pudiera conseguir, pero no fue hasta 2018 cuando nos cambiamos a un piso más grande, y entonces la empecé».

Las piezas están expuestas en vitrinas cerradas.

La barita de Harry, (de Ron Weasley y Hermione Granger), la túnica de Gryffindor (que es su casa en Hogwarts), el mapa de Merodeador y el Giratiempo de Hermione fueron sus primeros objetos de colección. «Me sumergí en este mundo y me empezaron a encantar las piezas vintage, objetos y todo el merchandising que se hizo antes de las películas, basado solamente en los libros, entre 1999 y 2001. Piezas y objetos muy diferentes a los de las películas; además de mucho más caras, difíciles de conseguir. Me gustan mucho las piezas exclusivas y de edición limitada». Entre sus ‘joyas’ se encuentran cuatro griales (dos cajas de música y dos bolas de nieve), aunque la verdadera joya de su impresionante colección llegará a mediados de octubre, con una increíble adquisición que no quiere desvelar, ni siquiera a su pareja y familia.

«Al principio es verdad que la gente de mi entorno me decía que madurase de una vez, que esto era de niñas, pero finalmente lo han entendido. Este es mi rincón mágico. Me hace feliz observar la colección y de vez en cuando coger alguna de las piezas con mucho cuidado para que no se rompan». Hasta hace poco no compartía su afición con nadie, incluso desconocía que había grupos de fans como ella, hasta que abrió su cuenta de Instagram @marauding_witch en la que tiene numerosos seguidores, y se adentró en una comunidad en la que ‘se habla’ el mismo idioma.

Una bola de nieve, fabricada en San Francisco, es una de sus últimas adquisiciones y una de las más difíciles de conseguir. Amigos y familiares colaboran, en las celebraciones de su cumpleaños y en Navidades, a la hora de ampliar esta majestuosa y envidiable colección privada. En su vestidor lucen también chaquetas, vestidos y túnicas ya que Naroa se convierte en la peculiar maga Luna Lovegood que, junto con Hermione Granger, son sus personajes favoritos. «Las dos mujeres más empoderadas de la saga».