Fulgencio Coll se reunió con los vecinos en un local de General Ricardo Ortega. | Click

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Fulgencio Coll de San Simón, concejal por Vox del Ajuntament de Palma, visitó la calle General Ricardo Ortega, en uno de cuyos locales se entrevistó con algunos de los vecinos afectados por el mal estado, en todos los aspectos, de dicho enclave, conocido ya entre ellos por La calle del Olvido, «por lo olvidados que estamos por parte de Cort», ironizó uno de los que se reunieron con él.

Hasta ahora, solo arreglos

Los vecinos no se fueron por las ramas, sino que le enumeraron, una por una, las carencias que padecen, como también hicieron    cuando los visitó la responsable de Infraestructuras, Belén Soto, «habiéndose hecho algún que otro arreglo desde entonces», reconoció otro de los asistentes, «pero nada más», señaló otro, «puesto que muchas aceras siguen levantadas, por lo que es peligrosos caminar por ellas». Y para que no hubiera la menor duda de que es así, entre los asistentes se encontraba la persona que tropezó a causa del mal estado de la acera, cayéndose y golpeándose, lo que se tradujo en que desde entonces tiene que ir en silla de ruedas, mientras Cort no se hace responsable de nada, por lo cual esta persona ha tenido que poner el asunto en manos de los abogados.

El pleno de noviembre, clave

Mientras tanto, Fulgencio Coll tomaba nota de las quejas, a la    vez que escuchaba con atención cuanto le decían. Que no fue poco, a saber: además del mal estado de las aceras, árboles que se caen, asfalto en pésimo estado, inseguridad por falta de policía, imposibilidad de aparcar, señales de circulación que, o se caen, o se les da la vuelta, por lo que el conductor no sabe qué indican –de eso se ha informado al 010, como mínimo en dos ocasiones; anteayer a mediodía, la última– ratas que salen por las alcantarillas, necesidad de un carril-bici, etc.; dejándole claro que ahora, lo primordial en cuanto a necesidades, es declarar zona ORA la calle, desde Joan Alcover a Manuel Azaña, y prolongar el carril-bici hasta este punto. Pero, sobre todo, que en el pleno de noviembre, en el presupuesto anual que se presentará, estén incluidos los algo más de dos millones de euros que cuesta reparar íntegramente dicha calle, como prometió en su momento el anterior alcalde, José Hila.

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Fulgencio Coll, durante su visita.

Antes de marcharse, Fulgencio Coll recorrió este tramo de calle, quedando sorprendido –o peor: asombrado– del pésimo estado en que se encuentra, sobre todo en cuanto a aceras –el estado de la que hace esquina entre Ricardo Ortega y Manuel Azaña, frente a la fachada de la Guardia Cilvil, es de lo más lamentable–, y en la que no cabe un coche más aparcado.

Hoy, en el pleno municipal que tendrá lugar en Cort, a estos vecinos les hubiera gustado intervenir, pero si no han podio es por no haber encontrado el cauce reglamentario para hacerlo. Por ello se encomendaron a Fulgencio Coll, «como hemos hecho también con la responsable de Infraestructuras, que conoce nuestro problema por haberlo visto personalmente, en una visita que nos hizo recientemente».

Que de verdad, ya les toca que les presten atención;que no hay derecho a que, por una mala gestión, se haya reformado íntegramente parte de esa calle –la mitad, aproximadamente– y la otra se encuentre en una situación tan deplorable.

De mal en peor

Os acordáis de que hace unas semanas os conté la historia de Jordi, el joven que heredó un hotel y unos apartamentos en Cala d’Or, pero que no puede hacer uso de ellos por estar okupados? Pues la historia sigue igual.

El hotel, sin puertas, ni ventanas, ni platos de ducha, ni inodoros, solo con las cuatro paredes, sigue okupado. Y algunos de los apartamentos, también, en los que hay niños. ¿Han contemplado lo de los niños los servicios sociales?

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Aceras con barreras para evitar caídas de los peatones...

«Pues no lo sé», dice Jordi, «como tampoco sé lo que opina la alcaldesa de Santanyí, del PP, sobre este asunto; ni el conseller de Turisme, también del PP, y más cuando hace unos meses nos aprobaron un proyecto de reforma y ampliación del hotel… Y tampoco me explico que no hayan venido a interesarse, y más cuando la presidenta del partido, y del Govern balear, Marga Prohens, dijo que quería a su gente en la calle. Lo dijo y se publicó, pero por aquí, repito, no ha venido nadie… Bueno, sí, el único que se ha interesado por la situación es el representante municipal de Vox. Me ha dicho que como el asunto es muy gordo lo ha trasladado a Palma para que desde allí actúen».

Desokupación que no procede

Ni que decir tiene que Jordi, que sigue llevando con él, pegada a su pecho, la minicámara de fotos que graba cuanto acontece a su alrededor cuando visita su propiedad okupada –con pintadas en sus puertas indicando que no todos son bienvenidos allí–, y que graba, además, las voces de algunos de los okupas cuando le insultan y amenazan, nos cuenta que lo último en desokupación no llevada a feliz término se produjo la semana pasada. «Me avisan para un lanzamiento de uno de mis apartamentos okupados. Me desplazo hasta el lugar, y cuando llego me dicen que no procede, que en el juzgado han detectado que la persona que vive ahora allí no es la misma que identificaron hace meses, por lo cual, la desokupación no se lleva a término».

¿Y si hubiera un incendio...?

Otra de las cosas que le preocupan a Jordi, lejos de las amenazas, insultos y pintadas de lo uno y de lo otro en las puertas, es que pueda haber un incendio, como el ocurrido recientemente en Vigo, donde murieron una madre y tres de sus hijos.

«¿Qué pasaría si eso se produce aquí? Porque el de Vigo no fue provocado, sino por un fallo eléctrico en los contadores, cosa que también podría ocurrir aquí ¡Pues vaya usted a saber cómo tienen lo de la electricidad en los apartamentos…! ¿Eh, qué pasaría si eso ocurriera ahí?», se pregunta Jordi, preocupado.

Por último, Jordi, «porque creo que es de interés hacerlo»,    dice que «esta semana he presentado una instancia en el Ajuntament de Santanyí, solicitándoles que me informen de las personas que han empadronado sin tener ningún título habilitante (ni propiedad, ni contrato de alquiler), ya que la alcaldesa me dijo que lo estaban haciendo, y no pueden».

Pues dicho queda.