En la sala de labor del antiguo convento de clarisas capuchinas se encuentra su nacimiento monumental. | Pere Bergas

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En Mallorca, la tradición de los belenes se eleva a una forma de arte con un profundo significado histórico y cultural, especialmente durante la época navideña. Los belenes de la Isla, expuestos en varios templos y museos, no son solo representaciones del nacimiento de Jesús, sino también una muestra del patrimonio y la habilidad artesanal de la región. Un recorrido por estos belenes es un viaje a través de la historia y la tradición, donde cada figura y cada escena han sido meticulosamente creadas, reflejando no solo la esencia de la Navidad, sino también la riqueza cultural. Por ese motivo, os dejamos un mapa para recorrer los belenes con más historia de la Isla.

En la parroquia de Santa Creu ya se encuentra instalado su belén, restaurado este año por el taller Xicaranda, donde han seguido criterios artísticos y técnicocientíficos, tratando al nacimiento como cualquier otra obra de arte de valor patrimonial. El belén está formado por piezas de diferentes épocas (del siglo XVIII al XX), facturas y materiales.

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En la sala de labor del antiguo convento de clarisas capuchinas, hoy el monasterio de la Purísima Concepción de las franciscanas de TOR, se encuentra una gran cueva que alberga su belén monumental. La bella escenografía barroca acoge la Natividad y pastorcillos de materiales diversos, de los siglos XVIII y XIX. En la misma sala, la vitrina central acoge una excelente colección de pastores de barro cocido policromado del siglo XVII y el nacimiento conocido como el belén de las Fundadoras, de 1662. Por la riqueza, la variedad y la calidad de las figuras, la colección es una de las más completas de la Isla: cuenta con otros cuatro belenes de escaparate, y un belén de figuras de recorte al guache sobre cartón. Los interesados en conocer la colección podrán hacerlo a partir del 15 de diciembre, con la exposición El betlem. De la tradició barroca a la mallorquinitat. Como sostiene el autor Jaume Llabrés, y comisario de la exposición recién mencionada, «nuestra tradición belenística se vincula a la relación de los reinos de Mallorca de Nápoles».

En el Palau March, de la Fundació Bartolomé March Servera, encontramos uno de los belenes napolitanos más impresionantes de la Isla. Data del siglo XVIII, ocupa más de cuatro salas de la planta noble del museo y lo componen centenares de figuras y millares de objetos en miniatura, de gran calidad artística y artesanal. El realismo y la expresividad imperan en este nacimiento cortesano, que sitúa la Natividad de Jesús dentro de una espectacular escenografía.

Por su parte, en el convento de Santa Clara, las clarisas exhiben su tesoro belenista. En la portería se haya el belén monumental, una joya artística de los siglos XVII y XVIII procedente del convento del Olivar, que se hallaba donde hoy se encuentra el mercado municipal. La muestra cuenta con un armario que alberga la Sagrada Familia y una población de pastorcillos de barro vestidos a la mallorquina. Este mueble está protegido por unas puertas adornadas con ocho pinturas barrocas. Además, las clarisas cuentan con dos magníficos conjuntos del reputado taller mallorquín Mestre de les Verges Rosses.