Más que un bar de copas. Los tres propietarios crearon un excelente ambiente entre su clientela. Además de inolvidables noches, organizaban algunas salidas los domingos. Excursiones, comidas y fiestas en las que clientes y amigos participaban. Hasta tres generaciones han pasado por el emblemático local de Palma. | Julián Aguirre

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Los hermanos Perona se han jubilado y Sa Faxina Pub ha pasado a ser El Candela. Y funciona muy bien, tanto como su predecesor, pero con otra dirección y clientes más jóvenes. Nuestra intención era reunir a los tres hermanos, Toni, Juan y Paco, pero solo pudo acudir a la cita Toni, que tomando algo nos resumió lo que dieron de sí los algo más de 40 años de este establecimiento que marcó una época.

«Por aquí han pasado padres e hijos. Políticos, futbolistas, médicos, abogados, patronos y obreros, pues todos eran bien recibidos. Aunque alguna vez sí que tuvimos que decir a alguno muy diplomáticamente que no volviera. Y es que, por encima de todo, queríamos que nuestros clientes estuvieran a gusto. Y también nuestros vecinos, a quienes procuramos no molestar. Es más, compramos el piso que hay encima por eso».

Los Perona se repartieron el trabajo del siguiente modo: Paco, el mayor, estaba por las mañanas atendiendo a proveedores; y Juan y Toni por las tardes, hasta el cierre a las cuatro de la madrugada. «Juan estaba en la barra y yo sirviendo y haciendo de DJ, primero pinchando vinilos, luego casetes y por último utilizando el Virtual DJ. Recuerdo que la primera noche, que fue la del 5 de noviembre de 1983, pinché América de Nino Bravo, mientras que el último tema fue una canción de Rosalía», explica Toni.

El empresario está de acuerdo en que Sa Faxina fuera, para muchos, el lugar dónde refugiarse las noches en las que apenas había movimiento, «pues sabían que aquí siempre encontrarían gente. ¿Los mejores días? Fines de semana, vísperas de fiesta y domingos por la tarde. Y entre la gente de paso, recuerdo a los colaboradores de El Hormiguero, a actores que venían al Principal y el Auditòrium, y cantantes que actuaban en la Isla. ¿Que si eran espléndidos? Lo eran, pues todos dejaban propinas. La mayor que recibimos fue de cien euros de un cliente extranjero que me pidió que le pinchara un tema de Otis Redding».

No tuvieron karaoke, pero sí televisión, sobre todo por el fútbol: «Muchos domingos venían jugadores y directivos del Mallorca para ver los partidos o los resúmenes de la jornada. Incluso, a veces, cuando jugaban fuera, venían del aeropuerto al bar para verlos». Entre su clientela había parejas, aunque también personas que buscaban el amor. «No os podéis imaginar la de matrimonios que se conocieron tomando una copa en Sa Faxina».

Si le preguntamos por los malos tiempos, recuerda los de la guerra del Golfo, la crisis del ladrillo y la COVID. «En pandemia estuvimos mucho tiempo cerrados, sin ingresos, con pagos… Casi cerramos de no haber sido por los clientes más fieles que enseguida que abrimos los tuvimos aquí». Clientes que fueron como una familia «pues algunos domingos íbamos de excursión y alquilábamos autocares. Y al regreso, la parada era aquí. También organizábamos torradas y partidos». Una conversación en la que nos quedaron cosas en el tintero, como cuando ampliaron el local o llevaron el Nivel 3 de Tito’s. Y es que el Faixina Pub ha sido algo más que un local de copas.