Imagen de archivo del pasillo de un hospital. | Efe

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La aseguradora del Servei Català de la Salut (CatSalut) ha indemnizado con 1,5 millones de euros a los padres de un bebé que en 2019, cuando tenía un año, fue al Hospital de Sant Joan de Déu de Esplugues de Llobregat (Barcelona) para una operación testicular ambulatoria y acabó parapléjico en silla de ruedas.

Así lo han explicado este jueves la presidenta del Defensor del Paciente, Carmen Flores, y la letrada encargada del caso, Luisa Blanco, junto con los padres del niño afectado, Carla y Óscar -que no han querido dar sus apellidos para preservar la identidad del menor-, en una rueda de prensa en Barcelona. Los padres han llegado a un acuerdo económico con la aseguradora del CatSalut, tras una demanda presentada por los progenitores en 2021, después de que el niño se infectara de 'E.coli' a través de la punción de la anestesia.

Los hechos ocurrieron en 2019, y han provocado que el niño, que ahora tiene cinco años, haya quedado parapléjico desde la zona dorsal, y que además tenga que llevar una válvula en la cabeza para drenar líquido, también por las secuelas, ya que la infección llegó al cerebro. Según ha relatado la letrada, el niño ingresó en junio de 2019 para una operación testicular ambulatoria aparentemente sencilla, que poco después comenzó a causar complicaciones.

Blanco ha detallado que el menor el tuvo que volver a ingresar en el hospital como consecuencia de la fiebre y el malestar que presentaba, y que a las horas del ingreso, los médicos orientaron su diagnóstico hacia una sepsis de origen indeterminado. El séptimo día de ingreso, la madre del bebé descubrió que tenía un bulto en la zona lumbar, donde se había llevado a cabo la punción para el anestésico, aunque únicamente le realizaron una ecografía que no desenmascaró el problema y hasta el día siguiente el hospital no le hizo una resonancia magnética.

Después le volvieron a operar, y aunque el menor sobrevivió, «ha quedado con una paraplejia dorsal» y, como la infección se fue a la cabeza, «lleva una válvula en el cerebro para drenar el líquido». La abogada ha explicado que un abceso por la infección provocó una compresión medular que le ha dejado las secuelas con las que vive actualmente.

Pese a la gravedad de las lesiones, Blanco ha afirmado que la familia ha llegado a un acuerdo con la aseguradora del CatSalut porque con «esto acaba antes», y evitar así dilatar el dolor, puesto que, por la demanda presentada en 2021, no se habría celebrado el juicio hasta enero de 2024, más posibles recursos posteriores. Por su parte, el padre del niño ha afirmado: «El niño ha quedado con unas secuelas graves, estuvimos 3 meses en el hospital día y noche, no nos fiábamos, estábamos todo el día pendientes sobre qué error podían cometer más».

Además, ha relatado que cuando el menor reingresó en el hospital por la sepsis, les dijeron que tenía un 50 % de posibilidades de sobrevivir, algo que le generó un fuerte impacto, puesto que tan solo unos días antes habían celebrado su primer cumpleaños. El padre ha indicado que el niño necesita de muchos cuidados, y ha señalado que él ha tenido que dejar de trabajar y cuidarlo.

Los padres también han explicado que están muy pendientes de que el niño no se dé golpes en la cabeza por la válvula cerebral, y han querido destacar la ayuda que recibe por parte de los maestros del colegio donde asiste el menor, que voluntariamente atienden sus necesidades. Por su parte, Flores ha destacado que toda esta situación es «un destrozo» tanto para la familia como para el niño, que «tiene toda la vida por delante», pese a que «va a ser carne de hospital, va a tener complicaciones, porque se las han creado, porque se podrían haber evitado».