Imagen del interior de la Catedral de San Juan Bautista, en La Valeta. | Visit Malta

TW
9

Han pasado casi cuatro siglos, pero la vinculación entre la familia Cotoner y Malta ha servido de nexo de unión entre el pequeño estado del centro del Mediterráneo con Mallorca. La huella que allí dejaron los dos Grandes Maestres de la Orden de Malta pertenecientes a esta saga todavía relacionada a esa entidad continúa vigente en la toponimia, pero de manera singular en la memoria colectiva de los habitantes de aquella isla. «Eres de Mallorca, ¡como los Cotoner!», asegura Joaquín Cotoner que todavía se dice por allí.

Porque la figura de Rafael (Mallorca, 1601-1663) y Nicolás Cotoner de Oleza (Mallorca, 1608-Malta, 1680), que desempeñaron el papel de Grandes Maestres en las etapas que comprenden 1660-1663 y 1663-1680, respectivamente, e incluso recuerda Joaquín, descendiente de todos ellos, la presencia de un tercer hermano, Miguel «que murió antes que ellos y allí está enterrado», en referencia a la Catedral de San Juan Bautista, donde el mausoleo dedicado a los Cotoner y sus retratos y efigies forman parte de la suntuosa decoración que planificaron y, siglos después, sigue maravillando a quienes atraviesan aquel umbral.

Retrato de Nicolás Cotoner y Oleza, Gran Maestre de la Orden de Malta. Foto: BNE

De la época de los Cotoner como Grandes Maestres también destaca su aportación al palacio que era su residencia (Palacio de los Grandes Maestres) y que, actualmente, es la sede de la presidencia de la República. La Sala de los Tapices, uno de sus grandes alicientes, tiene también impregnada la huella de ese apellido, que inspiró otro edificio como el 'Palazzo Cottonera', una casa mallorquina en La Valeta levantada hace más de 400 años.

Retrato de Rafael Cotoner y Oleza. Foto: BNE

Este último concepto, además sigue activo en el presente al ser la denominación de uno de los sectores de la capital maltesa, La Valeta. El sur de la misma es conocida como 'La Cottonera', resultado de la fundación y anexión por parte de Rafael y Nicolás Cotoner durante su mandato de tres villas fortificadas: Vittoriosa, Senglea y Cospicua, ubicadas al otro lado del puerto o Grand Harbour. Entre 1670 y 1680 se levantaron seis fuertes y sólidas murallas por orden de Nicolás Cotoner para hacer frente a los ataques turcos del siglo XVII, «que lograron evitar al menos y siguen siendo hoy en día una de las estampas de la ciudad y parte del patrimonio histórico de esa época en el Mediterráneo», refiere Joaquín Cotoner, abogado y político que abandera el legado de un linaje cargado de tradición.

Palacio del Gran Maestre, que levantaron y potenciaron los Cotoner. Foto: Visit Malta

«El propio gobierno de Malta respeta mucho lo que supone el apellido Cotoner y es un honor para nosotros, nos alegra que pasen los años y siga vivo este vínculo», asegura Joaquín, que junto a su hijo sigue perteneciendo a la Orden que encabezaron sus ilustres antepasados, y que tiene en el cónsul honorario de Malta en Baleares, Pau Collado, a otro nexo como aquella tierra tan similar a Mallorca.

Imagen panorámica de 'La Cottonera'. Foto: Visit Malta

Remarca más lazos entre Mallorca y Malta también a nivel lingüístico, con términos como 'llençol', además de la presencia de baleares que viajan allí para aprender inglés. Y, echando la vista atrás, Joaquín Cotoner rememora los recuerdos que le trasladó su tío Xim, también miembro de la Orden, que sigue teniendo actividad regular en la tierra que vio nacer a los Grandes Maestres que la unieron para siempre con aquel lugar del corazón del Mediterráneo que comparten.