Los vecinos de Son Fortesa y Son Fortesa Nord reclaman para ambas zonas una mayor atención por parte de Cort.

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El pasado domingo, en la edición digital de Ultima Hora, entrevistamos a Tolo Prats, persona con movilidad reducida que nos habló de los problemas a los que se enfrenta a diario. Él vive en Son Fortesa y nos invitó a que diéramos una vuelta por su barrio, «que administrativamente está dividido en dos: Son Fortesa y Son Fortesa Nord, siendo la frontera entre ambos el puente de madera y hierro. Este se construyó para que los que los que vivimos aquí pudiéramos ver las puestas de sol».

Con Tolo quedamos citados a la altura de la pizzería desde donde andando, y él sobre su silla, nos encaminamos por Jacint Verdaguer a la plaza Santa Maria Josepa, ubicada en Son Fortesa Nord. ¿Que por qué no quedamos directamente allí? Pues porque Tolo nos quiso mostrar, sobre la marcha, algunos de los problemas con los que a diario se enfrenta la ciudadanía del barrio.

Jacint Verdaguer

El primero es que a lo largo del recorrido hay un carril bici que recorre la zona peatonal por su centro, cosa que acarrea problemas a los viandantes. De pronto notamos que la anchura de Jacint Verdaguer queda reducida a la mitad, algo que genera dos dificultades: una, que el aparcamiento de coches junto a la acera estrecha más la calzada; y dos, que la calle es de doble dirección y en el caso de encontrarse dos coches, resulta que no pueden pasar y atasco asegurado. A ello hay que añadir un tercer problema, sobre todo para las personas con movilidad reducida como él: el gran número de vehículos que hay aparcados en todo el barrio, algunos de ellos en los desniveles que utilizan estas personas para subir y bajar de la acera.

En Jacint Verdaguer la calzada, que ya es estrecha de por sí, se reduce aún más por los vehículos aparcados. ¡Y encima es de doble dirección!
En Jacint Verdaguer la calzada, que ya es estrecha de por sí, se reduce aún más por los vehículos aparcados. ¡Y encima es de doble dirección!

Continuamos nuestro recorrido, siguiendo en dirección a la plaza Santa Maria Josepa, a la altura del puente de madera, y nos llaman la atención tres cosas. La primera son las pistas de petanca, que están impracticables: una llena de matorrales y la otra de tierra, ambas sin señalizar. La segunda, que lo que fue un aparcamiento con cabida para 60 coches está ocupado desde la época en la que Antoni Noguera fue alcalde Palma por una plataforma de color gris, bastante alargada y de una planta, en la que ensayan grupos musicales.

La tercera es que por debajo del puente, aparte de que crece a discreción la floresta, hay porquería desde hace años, lo que nos hace pensar que en verano, a nada que la hojarasca se reseque, como se declare un incendio puede ocasionar un enorme estropicio.

Matorrales y basuras acumuladas debajo del puente de madera
Matorrales y basuras acumuladas debajo del puente de madera.

Una vez en la plaza, vemos que nos están esperando numerosos vecinos, que durante una hora nos enumeran las deficiencias que padece el barrio, especialmente la zona Nord. Y lo peor –señalan– es que si el gobierno municipal de José Hila no hizo nada por resolver esos problemas «que nos afectan a todos», el de Jaime Martínez tampoco está haciendo mucho. «El alcalde pasó un día por aquí, en campaña electoral, diciéndonos que si gobernaban los solucionarían. Pues gobierna desde hace casi un año y las cosas siguen empeorando». También pasó Fulgencio Coll, «pero como no gobierna su partido, pues…».

Problemas

¿Que cuáles son los problemas a los que se enfrentan a diario los vecinos de los dos Son Fortesa? Además de los enumerados a lo largo del camino hasta llegar a la plaza, hay los siguientes:

1. Se pasan días y más días sin ver al policía de barrio.

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2. Como no hay vigilancia, y de noche menos todavía, son frecuentes las roturas de cristales de los coches aparcados para robar lo que el dueño pueda haber dejado en ellos. María Teresa Covas nos dice que «a mi, en tres ocasiones, me han roto el cristal de mi coche».

A María Teresa Covas le han roto tres veces el cristal de su coche
A María Teresa Covas le han roto tres veces el cristal de su coche.

3. En algunas de las calles como la Ceres, declarada Zona 30 (se puede circular a un máximo de 30 km/h), los vehículos van a una velocidad tan elevada que los residentes piden que se ponga un radar y badenes. El primero para escarmentar a los incívicos con multas y los segundos para hacerles aminorar la velocidad. «Es tal el ruido que en verano tenemos que tener cerradas las ventadas, y aun así lo escuchamos», lamentan.

4. El parque infantil de la plaza tiene una parte cubierta de arena, cosa que lo convierte en ‘pipi-can’ y que supone un peligro por las infecciones que puede originar a los niños que juegan en él. Por eso piden que lo recubran con caucho.

5. Otra vecina reclama que poden los árboles de la plaza, «ya que las ramas llegan a entrar en nuestras casas». Tampoco –añaden– conocen al coordinador de zona: «Solo le vimos en Navidad cuando se colocaron las luces».

6. El barrio carece de un local para que se reúna la asociación de vecinos. Intentaron hacer esas reuniones en la biblioteca, «pero es incompatible, nos dijo la encargada, por lo que tenemos que reunirnos en plazas o bares».

7. Los vecinos se quejan también de que no hay limpieza: «La barredora pasa por en medio de la calle dejando la basura en los lados. Y las aceras están llenas de porquerías». También se quejan de que faltan papeleras.

8. Entre la vía del tren y las casas hay una zona en la que crece la floresta, por la que suelen corretear las ratas. Los vecinos también piden desde 2014, es decir, desde hace 10 años, que el Govern coloque una pantalla acústica en la vía del tren, pues el ruido es insoportable.

9. Los vecinos reclaman a voces la unificación administrativa de los dos Son Fortesa, y que se coloque zona ORA con el objetivo de evitar la saturación de coches aparcados.
Pues ahí queda eso.