La mujer de Rafael Amargo, Silvia Calvet, a su llegada a la Audiencia de Madrid. | Efe - Rodrigo Jiménez

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El bailaor Rafael Amargo ha negado que vendiera droga desde su casa y ha afirmado que es «totalmente falso» el relato acusador de la Policía y de la Fiscalía, en una causa en la que la estrategia es «que dejase de trabajar» y confesara un delito que no ha cometido.

«Han intentado matarme con este juicio», ha dicho. Amargo ha declarado este viernes en la jornada final del juicio que se sigue contra él, el productor Eduardo de Santos y el socio del artistas Manuel Ángel Batista, acusados de integrar un grupo que vendía droga desde el domicilio del artista. La Fiscalía pide en sus conclusiones provisionales nueve años de cárcel para el artista -que está en prisión desde noviembre de 2023 por no acudir a firmar al juzgado- y para el productor, mientras que para el otro acusado solicita seis años.

Amargo ha ido negando cada una de las acusaciones sobre las que le ha preguntado su letrado, en una declaración algo atropellada en la que su abogado le ha pedido varias veces que se ciñera a las preguntas y «se centrara». «Perdón, es que tengo unas gasas...» ha dicho en varios momentos el artista, que ha afirmado que él es buen orador pero no en el ámbito jurídico. «Yo soy más coloquial, yo soy como Lola Flores» y «es que soy muy teatral», ha dicho, lo que ha provocado la sonrisa del público y del tribunal. Amargo ha afirmado que a su casa «no ha ido nadie en la vida a comprar (droga)» y que no usaba mulas para mover la droga, con frases como «eso es totalmente incierto» o «totalmente falso».

«La estrategia era que yo dejase de trabajar, y que me declarara narcotraficante, y eso no va a pasar», ha afirmado Amargo sobre la investigación a la que fue sometido, destacando que él se enteró de su detención «por la prensa» y antes de que le arrestaran, justo antes del estreno de Yerma. «Han intentado matarme con este juicio», ha dicho durante su declaración, en la que ha dejado claro que no tiene necesidad, gracias a su familia y a sus amigos, «de dedicarse a otra cosa que no sea a lo que se ha dedicado toda la vida, las artes escénicas».

Ha defendido que «el trasiego» de personas del que habla la Policía se debía a que ensayaba en su casa, y que la conversación sobre el alquiler de un trastero era porque realmente necesitaban un lugar para lavar la ropa de los espectáculos, y la balanza que se le intervino al ser arrestado la llevaba para pesar la droga que compraba para él.

Durante la sesión se le ha mostrado la báscula intervenida por la Policía, pero él ha dicho que no es la suya. Amargo ha incidido en que lleva casi cuatro años soñando con declarar en el juicio y está «supercontento» por poder decir «la verdad y nada más que la verdad», y ha destacado que en estos últimos cuatro años, desde que fue detenido en 2020, le han «arruinado la vida». Ha explicado que está «feliz» de haber entrado en Proyecto Hombre y estar desintoxicándose.