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Durante este mes de agosto, y también en junio y julio, en plena ola de calor, el GREIM (Grupo de Rescate e Intervención en Montaña) de la Guardia Civil ha multiplicado los rescates de excursionistas que, solos o en grupo, se adentraron en parajes montañosos de la Isla y sufrieron algún tipo de incidencia. Hay que recordar que en esos casos, por protocolo, se suele movilizar el helicóptero ‘Cuco’ de la Benemérita, lo cual ya dispara los costes del operativo al margen del generado por las patrullas terrestres que también actúan en estas emergencias.

Cobrar o no por las imprudencias.

Llegados a este punto, hay un dato especialmente alarmante: muchos de los excursionistas no tienen ningún tipo de formación, se encuentran en malas condiciones físicas o simplemente se adentran en montañas y bosques sin la equipación necesaria. La Guardia Civil considera que se trata de imprudencias claras. Un ejemplo, sin ir más lejos, ocurrió días atrás, cuando se comprobó que unos rescatados en la Serra iban en bañador, calzado inadecuado y sin apenas agua, cuando se alcanzaban más de 35 grados de temperatura. En esos casos, hay un amplio sector que pide que se cobren los rescates.

Evitar las negligencias.

Con la medida, según los partidarios, se trataría de un aviso para evitar otras posibles conductas imprudentes en la montaña, pero la decisión plantea no pocos problemas, ya que habría que diferenciar los casos clamorosos donde la imprudencia es más que evidente y otros en los que la fatalidad provoca el accidente. En cualquier caso, las administraciones deberían llevar a cabo campañas publicitarias de concienciación para prevenir a los miles de turistas que se adentran en la Serra de Tramuntana de los peligros que existen y de la falsa creencia, muy extendida en otros países, de que se trata de excursiones sencillas que cualquier familia puede llevar a cabo.