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En la madrugada de este martes las carreteras mallorquinas se volvieron a cobrar víctimas mortales, en este caso dos jóvenes de 21 años que viajaban en un coche que se estrelló contra un árbol en la carretera de Puigpunyent. El exceso de velocidad parece ser que está detrás del siniestro, aunque será la Guardia Civil de Tráfico la que confirme, o descarte, esta posibilidad. Sea como fuere, el nuevo accidente dispara las cifras de la mortalidad en Balears que en 2022 sumó 32 fallecimientos y ahora, cuando aún faltan más de tres meses para acabar el año, ya lleva 43 fallecidos en la red viaria. Ante este desolador panorama, es necesario buscar respuestas para intentar dar con las causas de tantos y tantos siniestros.

Se dispara el número de coches.

Un dato que está claro es que en verano se dispara el número de coches que circulan por las carreteras mallorquinas, debido a la llegada masiva de turistas y el alquiler de coches de rent a car. Para los expertos de Tráfico, esta circunstancia está relacionada con el aumento de los percances automovilísticos o de los atropellos –que, por cierto, este año han aumentado mucho–, pero no explican por si mismo el preocupante fenómeno que se está produciendo. Donde sí coinciden desde la Guardia Civil y también desde la Dirección General de Tráfico (DGT) es que las distracciones al volante son cada vez más frecuentes, y que casi siempre están relacionadas con consultar el teléfono móvil o los wasaps mientras se circula.

Campañas y multas.

Así pues, nos encontramos ante una realidad inquietante: las campañas de tráfico, algunas muy crudas, no son suficientes para invertir esta dramática tendencia y tampoco las multas a conductores se antojan como la panacea. La educación viaria es vital para que los conductores aprendan a respetar la normativa y también es necesario tener mano dura con los chóferes imprudentes que pierden todos los puntos del carnet.