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La polarización que se ha instalado en la política española tuvo este miércoles una perfecta extrapolación en Baleares. El acto institucional del Día de la Constitución, celebrado en el Salón del Tinell del Palau de l’Almudaina, dio cobijo a la atómica confrontación ideológica de PSOE y PP. Resultó anecdótico que Marga Prohens debutara como presidenta del Govern en el tributo anual a la Carta Magna o que el delegado del Gobierno fuera interino. Los discursos de Prohens y Ramón Morey, que relevó a Aina Calvo –nombrada durante las últimas horas secretaria de Estado de Igualdad–, resultaron distantes e incluso desafiantes. Fue una colisión en toda regla.

Colisión y gesto.

Si Prohens advirtió de que «nunca antes como ahora se había desafiado lo que representa la Constitución», Ramón Morey enfatizó que «España no se rompe y la Constitución es garantía de ello». Al margen de la traslación de la fuerte tensión política que se vive en Madrid, en L’Almudaina también hubo momentos para el fair play. Marga Prohens, en un gesto que debe reconocerse, permitió a Aina Calvo despedirse en público y cerrar su etapa como delegada del Gobierno. Fue uno de los momentos más emotivos de la jornada.

La ausencia de Le Senne.

Gabriel Le Senne fue el gran ausente del acto en el que se conmemoraba el 45 aniversario de la Carta Magna. El presidente del Parlament, en un detalle sin precedente alguno, decidió acudir a la concentración contra la amnistía frente a la sede de la Delegación del Gobierno, a unos pocos metros de distancia del Palau de l’Almudaina. Aunque Le Senne ya había anunciado sus intenciones a través de las redes sociales, su elección admite pocas justificaciones. Le Senne debería tener claro que ostenta la presidencia del Parlament y que la institución siempre debe estar por encima de su ideario.