La visita de Arnaldo Otegi al Parlamento de Cataluña ha levantado críticas y muestras de irritación. Algunos de los que se han desgarrado las vestimentas deberían recapacitar y aprender usos democráticos. El candidato independentista a presidente regional vasco en las próximas elecciones autonómicas en aquella comunidad tiene sus asuntos penales pagados. Así que concurren en él todos los derechos. Incluido el de la elegibilidad. Por tanto es libre de hacer lo que desee en su intención de alcanzar el máximo posible de votos, incluido ir al Parlamento catalán para hacer ver que absorbe el independentismo pacífico y democrático. Da grima escuchar los chirridos de los que pretendiéndose demócratas desearían quitarle sus derechos y que pagara por su pasado el resto de la vida. Por cierto que ha pasado 6 años y medio en prisión por un delito, enaltecimiento del terrorismo, que en cualquier democracia con menos carencias que la nuestra no está penado porque se consideraría, con buen criterio, como un delito de opinión. Algo incompatible con la democracia. Y que este país todavía existe para oprobio general de los demócratas.
Otegi, esteladas, ultras, democacia y España
19/05/16 18:21
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