Ya pasaron las celebraciones de Pascua y Semana Santa. La mayor parte de la población vivimos estas fiestas cristianas con mucho gozo y alegría. El recuerdo de la Pasión, muerte en la cruz y resurrección de Jesucristo es para los creyentes un momento muy señalado en el calendario. No olvidemos tampoco el marco culinario que pone la guinda sabrosa en el paladar de los isleños. Como manda la tradición (y en casa, aunque nos adaptamos a la deriva del mundo, por lo menos consideramos las tradiciones propias como sagradas e intocables), comimos lo que tocaba. De panades, unas cuantas, de pollo con guisantes y masa integral, que son las que más nos gustan. Y comimos también robiols caseros (rellenos de confitura de albaricoque hecha con nuestras manitas) y crespells con receta familiar de la abuela. Todo exquisito. Y que no se me vaya a olvidar, también comimos el típico frito de Pascua. Comimos bien, respetamos la tradición, pero también compensamos en las comidas, porque si algo tenemos claro es que debemos cuidarnos.
Continuamos
17/04/21 4:01
También en Opinión
- Peligro en la Ma-10: los cicloturistas invaden la carretera en el Coll de Femenia
- El cruce de datos con Hacienda saca a la luz 8.700 viviendas turísticas ilegales
- Lunes veraniego en Mallorca como antesala al cambio de tiempo
- Extranjeros que alquilan sus segundas residencias
- Dan una paliza a un joven en un descampado en Palma tras llevárselo a la fuerza en un coche
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.