La maniobra es la habitual: caracterizar a las empresas de energía y a los bancos como antisociales, el enemigo exterior, frente a los que los gravámenes impositivos se erigen en la venganza de «la gente». Aun tratándose de otra improvisación presidencial –los nuevos impuestos, si llegan a concretarse, van para largo y su eficacia contra la espiral inflacionista es más que dudosa–, sus aliados han acogido el anuncio con la vehemencia propia de quienes son conscientes de la dureza de perder las sinecuras actuales. Y no por ello hay que descartar una convocatoria electoral anticipada al término de un verano que proporciona un cierto respiro económico, a pesar de la inflación desbocada, y evitar de esta manera tener que proceder como ZP en 2010; sabido el valor de la palabra de Pedro Sánchez, por mucho que reitere su intención de terminar la legislatura, tal propósito puede ser una raya en el mar si así lo dicta su particular conveniencia.
Pero en Baleares no hay grandes eléctricas, ni banca, ni señores que fuman puros en cenáculos varios conspirando para derribar al gobierno, según la burda caricatura de Sánchez; en todos los casos, se trata de delegaciones con unas capacidades que no van mucho más allá de tramitar la burocracia empresarial. Los «ricos» son otros, su negocio es el turismo, y están encantados con la dinámica económica del Govern de Armengol. De hecho, son los inspiradores de la política turística de Baleares y coadyuvan activamente a su desarrollo. Francina Armengol ha procurado no pisar callos, como en su momento se vanagloriaba de hacer el Ejecutivo de Antich, y se ha esforzado en no molestar a los poderosos, sino todo lo contrario.
El mantra del cambio de modelo económico, que para nada importuna los intereses de nuestros poderosos, parece satisfacer las ansias diferenciales del izquierdismo balear. Y los asociados de Armengol, Podemos y Més, que por su idiosincrasia deberían poner el grito en el cielo, comulgan con el principio de lo incómoda que puede resultar la existencia fuera del poder. Més confía en que su parroquia sea suficiente para seguir medrando y Podemos necesitará de muchas ayudas para evitar el batacazo. La duda reside en si la demostrada capacidad de contemporizar de Armengol será suficiente para soslayar la oleada general, contraria a las expectativas electorales del PSOE, cuando el comportamiento de Baleares en las urnas suele ser un calco del nacional.
2 comentarios
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Ya puede usted decir misa, pero la verdad es que las petroleras han duplicado sus beneficios desde que se desbocó el precio de la gasolina y las electricas han cuadruplicado sus beneficios desde que se desbocó el precio de la electricidad. En mi opinion es justo y necesario que parte de este beneficio extra que han obtenido a base de sangrar al pueblo retorne al mismo y si es en forma de cargarles mas impuestos sobre este beneficio extra pes que sea.
És curiós que critiqui l'impost a la banca i a les elèctriques, els dretans se senten tots banquers, per això defensen els seus interessos, fins i tot els hi regalen 70 mil milions d'euros. Això sí, té raó amb que el govern balear balla a favor d'especulacions i en contra dels residents, jo me deman que faria la dreta si l'esquerra ajuda a hotelers i touroperadors