El franquismo prohibió las asociaciones, pero no pudo impedir que se crearan en la clandestinidad ni la lucha por derechos y libertades. La supuesta ‘democracia’ legalizó la libertad de asociación, pero al mismo tiempo empezó a destruir tejido asociativo. Lo primero fue proclamar que ya no era necesario porque se disponía del voto para delegar las soluciones en los elegidos, seguido de los intentos para convertir las asociaciones en instrumentos dóciles y legitimadores de sus políticas. Luego llegó la división por sectores de actividad, las exigencias burocráticas y tecnócratas, tremendamente desalentadoras para la iniciativa ciudadana, las dificultades para acceder a los recursos públicos y una administración cada día más alejada e inaccesible.
Mirando el otoño
Palma29/08/22 3:59
También en Opinión
- Lunes veraniego en Mallorca como antesala al cambio de tiempo
- Un turista permanece en la UCI tras precipitarse desde el tercer piso de un hotel
- ¿Qué necesita el Real Mallorca para salvarse matemáticamente?
- Un clásico, de mudanza: Talleres Suauto deja Blanquerna
- Por qué deberías tomar zumo de zanahoria por la noche
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.