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He escuchado a la influencer canadiense Lucy Welcher, que ha generado grandes críticas al afirmar que se considera ‘too pretty’ para trabajar. Dice que no quiere levantarse a las 6 de la mañana durante los próximos 60 años, que es demasiado guapa para eso. Menos mal que está segura de ser guapa. Pero la belleza no lo es todo. Dura unos cuantos años y luego desaparece. Sin embargo hay otro tipo de belleza, la belleza interior, que puede durar mucho más. A mí me parece que estas dos bellezas se complementan, que una persona seductora puede decepcionarnos con solo abrir la boca y viceversa. Hay personas con las que no podemos conversar, porque no ven lo que hay detrás de la tapia. Es más, están convencidas de que detrás de la tapia no hay nada, simplemente porque no lo ven. Estas personas suelen estar muy seguras de sí mismas y. si se da el caso de que son atractivas. suelen creerse que son el no va más. Es lo que dijo Mark Twain: «Nunca discutas con un estúpido, te hará descender a su nivel y ahí te vencerá por experiencia». Pero Lucy Welcher era más lista de lo que parece al emitir su fanfarronada, porque logró un millón de reproducciones en las redes. Además dijo: «Aunque puedo lucir muy guapa, inteligente y talentosa, en realidad no soy inteligente en absoluto». Acabó retirando el vídeo ante las críticas recibidas, y un verdadero estúpido no se retira nunca, aunque se demuestre claramente su equivocación sigue afirmando que la Tierra es plana o que el covid no existe.

Dicho sea de paso, esta chica no me parece tan guapa como para no tener que trabajar nunca, su aspecto no está mal, pero no seduce a todo el mundo, su voz –otro componente de la belleza– no me resulta agradable y su dicción, menos. Yo creo que debería haber dicho que es demasiado vaga, too lazy, para tener que esforzarse. He conocido a algunos de estos vagos, he conocido incluso vagos inteligentes, pero faltos de voluntad, que resultan menos listos que otras personas menos dotadas, como en el cuento de la liebre y la tortuga. Por cierto, ya saben lo que dicen: nunca digas de este agua no beberé ni este cura no es mi padre.