TW
2

El argumento que de manera reiterada esgrime el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como principal argumento para justificar sus grandes dotes de estadista: la pacificación del conflicto independentista en Catalunya, es falaz. Sánchez lo único que ha logrado ha sido acumular concesiones a sus socios de parlamentarios, el independentismo catalán podrá estar dividido, pero para nada ha modificado sus planteamientos con respecto al encaje con España si no es mediante el correspondiente referéndum de autodeterminación. Es muy loable el intento de trasladar el debate al campo de la política, pero conviene advertir que quienes lo trasladaron al terreno judicial fueron las clamorosas ilegalidades cometidas por la Generalitat en su conjunto en octubre de 2018.

TRATAR DE COLAR como habilidad política la simple y pura genuflexión ante sus socios, se llamen Esquerra Republicana o Unidas Podemos, como hace de manera sistemática Pedro Sánchez, y ¡ay! del que le contradiga, es creerse que los ciudadanos son imbéciles. Cualquier presidente podría sobrevivir haciendo concesiones permanentes si su solo objetivo es continuar en el poder a cualquier precio, y así parece comportarse el actual inquilino de La Moncloa con el, por supuesto, silencio cómplice de su partido y todo el entramado mediático que le acompaña.

LOS MODOS de Sánchez contrastan con los de la presidenta del Govern, Francina Armengol, también en el poder gracias a apoyos externos. La política mallorquina ha sabido, y de manera muy destacada a partir de la pandemia, erigirse como auténtica líder de la coalición; los socios -y admito que contra todo pronóstico- no han sido un rosario de versos sueltos dedicados de manera permanente a cuestionar o comprometer al propio Govern o sus iniciativas. En este terreno no hay comparación posible con las actitudes de Yolanda Díaz, Irene Montero, Alberto Garzón o Gabriel Rufián. Hagan memoria, y basta de los últimos meses. Un espectáculo.

MIENTRAS, la actitud de Armengol en las Islas ha sido muy diferente. Més per Mallorca o Unidas Podemos tienen serias dificultades para recuperar su target electoral, ha medida ha ido avanzando la legislatura su perfil se ha desdibujado y si no ha desaparecido ha sido gracias a la torpeza de José Hila, el alcalde de Palma, que sí les ha dado cuartel político desde el gobierno municipal en Cort.

A golpe de talonario

el dinero obra milagros si es necesario, hasta Sant Pere balla si es necesario. Da la impresión de que se ha instalado un modo de hacer política en absoluto novedoso, muy eficaz pero enormemente lesivo para el conjunto de la sociedad. Lamento ser tan pesimista, pero me preocupa la facilidad con la que las instituciones -me refiero al conjunto de la Administración pública- se muestran dadivosos cuando se acercan unas elecciones; los dirigentes se muestran condescendientes cuando se trata de acallar las críticas o evitar los conflictos. El pastel financiero que se está formando será de órdago, y luego todos lamentaremos el seguir viviendo por encima de nuestras posibilidades.