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Francina Armengol va a cerrar otra legislatura con récord en paz social. Es difícil recordar una manifestación o huelga que haya puesto en problemas al actual Govern. Según datos de Delegación del Gobierno, en el último año se han convocado 852 manifestaciones en Baleares. ¿Le parecen muchas? Si comparamos con los años de las mareas verdes educativas contra el PP de Bauzá, las cifras se disparan hasta el doble o el triple. Por ejemplo, en 2012 se registraron 3.683 manifestaciones, es decir, cuatro veces más que ahora.

El periodista de Ultima Hora Kike Oñate publicó la pasada semana una excelente entrevista a la mayor representante sindical de Educación, Catalina Bibiloni. Sus declaraciones fueron demoledoras. Afirmó que el conseller de Educación, Martí March (PSOE), no había hecho prácticamente nada en ocho años: «No ha hecho ninguna propuesta de mejora de las condiciones de los docentes, no se ha reducido la burocracia ni tampoco las ratios. No ha puesto sobre la mesa ningún acuerdo negociable y el Acord Marc no ha salido adelante. Anuncia, pero no hace nada. Este año hará ocho años que lidera la Conselleria, pero no hemos conseguido ninguna mejora». Durísimo. Bibiloni avisó de que «la legislatura se acaba y también la paciencia de los docentes».

Al día siguiente, el conseller lo negó prácticamente todo. Recordó que se han invertido 150 millones más en Educación y se han contratado 2.500 profesores. Lamentó el «discurso negativo» de Bibiloni y lo achacó al periodo preelectoral: «Todo el mundo pide cosas».

March dio en el clavo: después ocho años de omertá, vuelven las reivindicaciones cuando hay elecciones. El sindicato mayoritario de profesores, el STEI, ha preguntado ahora a sus afiliados y el 75 % está dispuesto a movilizarse. Justo cuando quedan tres meses para ir a las urnas. Ni siquiera el clamor de los docentes contra la aplicación de la Lomloe ha hecho sacar las camisetas verdes. Solo ha habido pequeñas protestas sin apenas impacto.

Los problemas en la sanidad pública tampoco han alterado la paz social. El presidente del Sindicato Médico de Baleares, Miguel Lázaro, dijo que «la sanidad no gana elecciones, pero te las puede hacer perder», así que el Govern llegó a un acuerdo y los sindicatos desconvocaron las protestas. Mientras, media España, con comunidades de todos los colores políticos, está de huelgas y manifestaciones en defensa de la sanidad.

Esta semana hemos conocido otro acuerdo histórico en hostelería, el único sector que le dio algunos problemas con protestas durante las restricciones. El Govern ha llegado a un acuerdo «histórico» con patronales y sindicatos para que suban el sueldo un 8,5 % en dos años a 160.000 trabajadores. Se trata de reconocerles las subidas del IPC. Con la inflación disparada, cobrarán prácticamente lo mismo, pero al menos no perderán poder adquisitivo, como nos ocurre a otros trabajadores.

Estos días todos preguntan si es posible que Armengol vuelva a ganar por tercera vez consecutiva. Pienso que sí y, parafraseando a Pepiño Blanco, la «paciencia infinita» que han tenido los sindicatos con ella tiene mucho que ver.