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Alevín

Del fr. Alevin y este der. del lat. allevare ‘criar’.

1. m. Cría de pez.

2. m. y f. Joven principiante que se inicia en una disciplina o profesión.

Hace unas semanas pudimos ver la invasión del césped por parte de aficionados del Español de Barcelona, con la intención de ensañarse con los fastidiosos contrarios; no se queda atrás la tangana que protagonizaron jugadores de Real Madrid de baloncesto ante la fea acción de un jugador del Partizan… Seguro que usted, apreciado lector, recuerda algunas insignes bregas más. Rara es la semana en la que, los medios de comunicación, no se hacen eco de alguna acción violenta en partidos entre jóvenes deportistas, incluso alevines; o insultos y acaloradas discusiones de padres en las gradas, pudiendo llegar a las manos, con tal de defender sus escasos argumentos.

La gran mayoría de los hijos practican con el fin de llegar al equipo que los pasee por nuestros televisores y durante sus años en categoría base deberían, sobre todo, disfrutar de su afición, también es importante su aprendizaje y perfeccionamiento de la técnica y estrategia; sin embargo, en cada encuentro de nuestros menudos parece que estemos ante una final de la Champions, con gritos en las gradas y dureza por encima de la necesaria en el campo, en situaciones que deberían estar más cerca del ocio que de la      lucha.

Como es gratis opinar, aquí dejo dos propuestas para cualquier federación que realmente quiera mejorar la nobleza de nuestros futuros atletas y, de paso, de los aficionados. Como primera medida, eliminar la tarjeta amarilla. Si un chaval o chavala se merece una advertencia o amonestación, que sea directamente la roja. Seguro que en la próxima ocasión será un poco más comedido, o por lo menos más reflexivo. Como segunda, pensando de modo especial en los padres exaltados, al mínimo altercado en las gradas, cerrarlas por una jornada y si se repiten los alborotos en próximos lances, echarlos hasta finalizar la temporada, permitiendo a los niños seguir con su práctica favorita y que los padres queden fuera del estadio. Lo sé, difícil de imaginar, pero estoy seguro de la eficacia de estas medidas, de los magníficos resultados y del nivel ejemplar de personas que estaríamos formando, que no hay mal que por bien no venga.