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Hay días en los que a uno se le hace especialmente difícil ser políticamente correcto y puede que escriba algún exabrupto; aunque he de reconocer que cada palabra que fijo en estas líneas es cogitabunda, sin dejar de ser una personal opinión.

Si eres mujer y votas a la derecha, ya sea moderada o extrema, ¿recuerdas que la ley del aborto ha estado trece año retenida en el Tribunal Superior por un recurso del PP? Que la derecha es partidaria de legislar para legalizar la prostitución; por supuesto a medida de proxenetas amigos. Y que los neoliberales son partidarios de hacer negocio con todo, incluso con los vientres de las mujeres necesitadas. Puede que alguna ricachona decida tener un hijo para alguna afligida pareja sin recursos, pero desde ya, figura como exótica excepción. En estos términos es casi seguro que lo que protege tu hueso parietal haga tiempo que se secó.

Si eres inmigrante y votas a cualquiera de las derechas, te recomiendo dedicar algunos minutos al día a la lectura; empieza con cosas sencillas, nada tocho, pocas páginas, pero poco a poco atrévete con tomos más voluminosos y recomendaciones más comprometedoras.

Si eres hombre o mujer caucásico, nativo, asalariado y de voto derechista, permíteme una pregunta: ¿Qué prefieres cobrar por tu jornada laboral, 700 euros al mes o 1.100? Ellos, sin duda, se decantarán por la primera opción. Si eres de los de izquierda que no vota «por qué nadie me representa», efectivamente, al cien por cien nadie puede representarte, es muy difícil que alguien opine exactamente como tú a la hora de acentuar o no solo cuando es adverbio, pero te aseguro que no votando le das crédito a quien opina en todo radicalmente lo contrario a ti.

Solo por el respeto que se merecen, por todos los años de esfuerzo en su vida, dejo fuera de mi improperio a los jubilados; los abuelos se han ganado el derecho de votar o hacer lo que les plazca, aunque los derechones tiendan a bajar pensiones y a aplicar subidas según el IPC que mejor les sople.

Y sí, seguro que en algunos casos estas cuestiones no te afectan de modo directo, pero también podemos sumar pensando en los que les afecta alguno de estos supuestos. A grandes males, grandes remedios.