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Lo que sea, pero que confluya, es el nuevo paradigma social. Me coge mayor, la verdad. Puedo ser partidario de esto o lo otro, indiferente a lo de más allá, pero confluir no recuerdo haberlo hecho nunca. Ni siquiera en cuestión de amores románticos. Confluir es un verbo geológico, algo que les pasa a los ríos y corrientes marinas, más por razones medioambientales que por elección propia. Se confluye cuando no hay más remedio que confluir. Sin embargo, quedan poco partidos políticos, y menos ideologías todavía; ahora lo que hay son confluencias y plataformas, otro vocablo geológico que designa cualquier cosa, y lo mismo sirve para ver pelis que para presentarse a unas elecciones. O moverse por internet. Plataformas que a su vez confluyen o no confluyen, según orografía. ¿Y qué son esas confluencias y plataformas? Formaciones, son formaciones. Pero no como las formaciones edafológicas, sino más numerosas y fluidas. 15 formaciones han confluido en Sumar, aunque sólo temporalmente por exigencia electorales, sin llegar a formar grupo o partido. Es igual, porque lo importante no es qué quieren y qué hacen, sino con quién confluyen. Un jaleo, un asunto fluvial. Confluir o no confluir es el dilema hamletiano. Antes, para liderar y tomar el poder había que ser rocoso (formaciones rocosas), pero ya no. Ahora todo tiene que ser fluido, como la prosa novelesca, incluidas las ideas y los géneros. A fin de confluir, porque si no confluyes no te comes una rosca, por usar una expresión anticuada. O como decíamos arriba: Lo que sea, pero que fluya y confluya. Yo la verdad es que fluyo poco, ignoro como se conjuga ese verbo, no soy un riachuelo y no domino la dinámica de los fluidos. Fluyo poco, pero no confluyo nada, y a mi edad ya no tengo tiempo de aprender. Soy más bien de naturaleza pedregosa. Que confluya otro, mascullo. Total, que lo tengo muy crudo para el análisis sociopolítico y los temas de género, que al igual que la propia actualidad, son fluidos a más no poder. Ni siquiera recurriendo a las ecuaciones sobre mecánica de fluidos de Euler, genio matemático del siglo XVIII, llegaré a entender lo de las confluencias. A mí me parecen una pijada idiomática. Geológica.