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El nuevo alcalde de Palma, Jaime Martínez, la tiene más pequeña que José Hila. Todos lo hemos podido comprobar. Por más que se diga, el tamaño a mucha gente sí le importa. No es lo mismo una pequeña que una grande, hay mucha diferencia. En 2022, el alcalde Hila colgó en el balcón de Cort una bandera arcoíris que cubría toda la balconada, pero este año Martínez sólo ha colgado una pequeña bandera que no le llega a la suela de los zapatos a la que se usó el año anterior. Ya tenemos a Ben Amics y a los partidos de la oposición indignados, criticando que el alcalde ‘popular’ está atrapado por Vox. Pero, que sepamos, Vox está en la oposición y no en el gobierno, por ahora. Veremos si Martínez está dispuesto a ser ninguneado nuevamente. No creo que quiera que le vuelvan a subir los colores y le tumben votaciones al estar en minoría. En política, los gestos son muy importantes. Durante cuatro años hemos tenido banderas LGTBI en Cort, en los autobuses de la EMT, a la entrada de los aparcamientos públicos. Pero los nuevos políticos de Palma se deben haber cansado de tanto cambio de bandera y han colocado una, pequeña y casi en secreto. La izquierda está encantada, aunque se declaren enfadados y digan que en 30 días hemos retrocedido 30 años. Como si eso se midiera en metros cuadrados de bandera.