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Este verano tampoco iré al Caló des Moro. Desde hace algunos años, este magnífico enclave santanyiner ha sufrido la gran desgracia de ponerse de moda. Está en el top de imprescindibles junto con Deià, la puesta de sol de sa Foradada, el faro de Formentor, Palma cuando está nublado y añadan lo que consideren. Mallorca tiene 3.640 kilómetros cuadrados, 550 kilómetros lineales de costa y más de 300 playas. ¿Por qué todo el mundo quiere ir a los mismos cuatro sitios?

Es evidente que cuando somos turistas, todos tiramos de recomendaciones. Planificamos nuestros viajes a partir de lo que dicen blogs bien posicionados con listas ‘must see’, los contenidos que nos aparecen en las redes sociales, lo que han hecho los influencers que han estado allí, lo que recomiendan las guías de papel, las opiniones de Trip Advisor y lo que nos cuenten nuestros familiares y amigos.

A modo de ejemplo, la entrada de Mallorca en la web de la guía Lonely Planet nos sugiere 17 «imprescindibles»: la Catedral de Palma, la carretera de sa Calobra, la playa del Coll Baix, Deià, el tren a Sóller, el cabo Formentor, el Parc Natural de s’Albufera, Pollença, deportes acuáticos como el submarinismo o el pádel surf, comer en un celler de Inca, la ruta del arte de Palma, hacer un crucero a Cabrera, las playas de Cala Rajada, Valldemossa, ir en bici por la Serra de Tramuntana, alojarse en una granja (se refiere a agroturismos) y conocer el Artà medieval.

Es una propuesta equilibrada entre verano y temporada baja que permite conocer la diversidad de paisajes de Mallorca en combinación con actividades de turismo activo que valen la pena. Hay que agradecer que incluye el interior de Mallorca y que no habla del Caló des Moro. Además, todos los puntos merecen una visita. Una recomendación razonablemente correcta en comparación con lo que se ve si buscas ‘imprescindibles en Mallorca’ en algunas entradas destacadas en Google. Pero no sé si los lectores son conscientes de que es una propuesta para muchos días, probablemente más de los que tienen, y que de extremo a extremo de la isla hay más de cien kilómetros. Muchos no se preocupan de informarse de que en esos sitios no hay párking y de que con toda probabilidad no van a caber.

Yo no iré este verano al Caló des Moro, a Cala Varques, probablemente tampoco a sa Calobra, ni a Cala Figuera de Pollença, ni a Cala Deià. Y no hace ninguna falta. Cala d’Or, sa Ràpita, sa Coma, Cala Agulla, la playa de Muro, es Trenc, Alcanada, Formentor o incluso la misma playa de Magaluf son magníficas y son la Mallorca real. La moda instagramer lleva a ríos de personas a masificar espacios que no deberían estar en ninguna guía. Yo me quedo con lo auténtico de verdad.