Por lo visto, hay algo llamado ansiedad climática que sufren miles de adolescentes en todo el mundo, quizá por efecto contagio desde que conociéramos a la sueca Greta Thunberg, que fue el primer caso conocido a nivel mediático. No es para reírse, hay chicos que se suicidan ante el ‘previsible’ apocalipsis medioambiental y otros que orquestan huelgas de hambre colectivas. Y ocurre en todo el planeta, del norte al sur, no solo en lugares ricos donde los jóvenes no tienen otra cosa que hacer. Yo cuando escucho estas cosas me acuerdo de mi abuela Joaquina, nacida en 1899, que vivió la I Guerra Mundial, pues vivía en la frontera francesa, después la pandemia de gripe española, la Guerra Civil nuestra y, de nuevo, la guerra europea a las puertas de casa. Perdió su casa, reventada por un obús, y tuvo que salir por piernas hacia Hendaya primero y a Angulema después con sus cinco hijos, la mayor entonces de diez años y el pequeño en la teta, con sus hermanas, también cargadas de críos, mientras los maridos se escondían al otro lado de la frontera para eludir la llamada a filas.
Ansiedad
Palma25/08/23 0:29
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2 comentarios
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Els adolescents són una conseqüència de la societat que s'han trobat. Donar-los la culpa a ells és fer poca autocrítica. A més, tenen raó amb que els deixam un món pitjor del que hem trobat noltros
"Habéis pasado menos tiempo en la escuela que Greta Thunberg" -- Ricky Gervais, discurso en Golden Globe Awards.