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Formular propuestas imposibles y pactos de Estado lunáticos a los que nadie hace caso, como viene realizando últimamente el señor Feijóo a fin de que le dejen gobernar un rato por el bien de España, no es una buena forma de matar el tiempo. Es cansado, algo irrisorio y no cumple el objetivo de aparentar gran actividad cuando no se tiene nada que hacer. Puesto que este líder autoproclamado ganador de las elecciones está obligado a demostrar que trabaja mucho (se deja la piel) en pro de los españoles (de su investidura), y le queda casi un mes sin nada que hacer hasta que se cumplan los plazos legales, se comprende que multiplique las declaraciones, proponga soluciones inverosímiles y llame pacto de Estado a cualquier chifladura. De algún modo tiene que matar el tiempo hasta su inútil discurso de investidura, y la falta de lógica perfectamente planificada ayuda bastante en estas tareas. Pero en tanto que experto en el tema, así no se mata el tiempo; como mucho, se le provocan lesiones. No abunda la gente que, cuando no tiene nada que hacer, no hace nada. Mi especialidad, por cierto. Hace falta talento y mucha práctica para conseguirlo, y según he observado, la mayoría se afanan en exhibir su camiseta sudada cuando no están haciendo nada, con gran derroche de energías. ¡Pero docenas de propuestas incomprensibles! ¡Pactos de Estado! Errores de principiante.

Es obvio que el señor Feijóo, político veterano, no está acostumbrado a matar el tiempo con estilo, y quizá ni siquiera sepa que, no teniendo nada que hacer, precisamente eso es lo que debe hacer. Dejar pasar el tiempo con una sonrisa desdeñosa, a fin de desalentar a los criticones. Hablar de otra cosa, fútbol por ejemplo. Parecer elegantemente aburrido. Incluso tomarse unas breves vacaciones, como si el asunto no fuera con él. Puestos a matarlo, al tiempo hay que matarlo con un golpe seco en la nuca, como si fuera un conejo, nunca propinándole patadas y manotazos. Y si se opta por la irracionalidad premeditada, llevar esa estrategia hasta el final. Por supuesto, estos consejos también sirven para el señor Sánchez, cuya situación es parecida pero con más tiempo todavía sin casi nada que hacer. Esperar que se cumplan los plazos y acabe este tiempo muerto. Que a este paso, me temo que se nos hará muy largo.