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De las más de 700 vaquerías que existían en Mallorca en los años 70, quedan apenas quince. Primero fueron las políticas de la Unión Europea las que instaron al cierre de numerosas instalaciones, y progresivamente han sido factores como la escasa rentabilidad o la falta de relevo generacional los que han lesionado el sector. Es por ello que hay que reconocer el gran mérito que tienen los agricultores y ganaderos por no rendirse.

Agama es la única central procesadora de leche que queda en la isla. La pasada semana anunciaba que acumula unas pérdidas de seis millones de euros desde 2017, cuando Grupo Damm la adquirió, y que por ello propone rebajar un 40 % las compras de leche. Esto se une a la decisión del pasado mes de mayo de reducir la producción un 10 %.

Es evidente que no se puede mantener de forma indefinida una empresa que tiene pérdidas. Por ello, hay que tratar de minimizarlas, poniendo el foco en las oportunidades de crecimiento. El mercado de la leche es complicado. Es un producto fácilmente sustituible, intercambiable por otra marca, y la diferenciación es costosa. El precio es determinante, y más en un contexto de alta inflación como el actual. Cada litro de leche Agama cuesta aproximadamente un 50 % más que uno de marca blanca. Sin embargo, la empresa podría mejorar la estrategia de márketing y trazar alianzas con el sector turístico. Si funciona con Rosa Blanca o Estrella Damm, ¿por qué no con Agama? Además, el grupo ha adquirido recientemente una participación mayoritaria de una startup de inteligencia artificial para impulsar la tecnología en la producción y la comercialización. Un conocimiento que bien podrían aplicar a la leche mallorquina.

El producto local de Mallorca es más caro debido a la insularidad y a la imposibilidad de aplicar economías de escala. En cualquier caso, es de más calidad y más sostenible. Además, la pandemia nos enseñó que tan importante como la rentabilidad es la autosuficiencia. Y los productos agroalimentarios de Mallorca solo llegan al 15 % de las necesidades de consumo de la isla.

La respuesta conjunta de las asociaciones Asaja, Unió de Pagesos, Unió de Petits Agricultors (UPA) y Cooperatives Agroalimentàries ha sido modélica, declarando que lucharán para intentar que Agama no ejecute su plan de reducción, y también el Govern se ha mostrado en contra de la decisión empresarial y ha ofrecido soluciones alternativas. Lo dejó bien claro Joan Company: «Si tienen la capacidad de hacer una campaña Mediterráneamente para vender Estrella Damm por todo el mundo, también tienen capacidad de márketing para vender un vaso de leche mallorquina en las islas».