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Plantear la amnistía? Eso no es planteable en un Estado constitucional y democrático». «Con nosotros en España se cumple la ley en todo el territorio. No va haber amnistía». «Nuestro gobierno no va a aceptar la amnistía. No han tenido amnistía y no han tenido referéndum de autodeterminación ni lo habrá. Primero por convicción y en segundo lugar porque no se puede». «El presidente lo dijo claramente. No sé cómo se puede explicar con más claridad. No es constitucional». «Lo repito para que quede claro. Ni amnistía ni nada de esto». Estas frases no las han pronunciado peligrosos fascistas en las protestas convocadas frente a las sede del PSOE. Los autores son, por este orden, Carmen Calvo, Miquel Iceta, Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Salvador Illa. Pero hay otra fase más llamativa de Sánchez en un debate electoral. El presidente en funciones dijo: «Y yo me comprometo hoy y aquí a traerlo de vuelta a España y que rinda cuentas ante la Justicia».

Ha quedado demostrado que tenemos un presidente, y muchos dirigentes de su partido en España, y también en Balears, de plantear una cosa y la contraria con muy poco tiempo de diferencia. Ya veremos lo que tarda Sánchez en plantear la necesidad de convocar un referéndum de autodeterminación en Cataluña tras admitir la amnistía que rechazaba hace escasos meses. Y que nadie descarte una foto del presidente con Puigdemont. Al tiempo.

Este episodio demuestra la desesperación del PSOE en seguir en el poder a cualquier precio. Imagino que hay muchas bocas que seguir alimentando para tener que renunciar a los ideales del propio partido, pero más allá de seguir en el poder sería deseable un debate interno en las filas socialistas de Balears sobre esta política de decir una cosa y hacer la contraria. Seguramente históricos socialistas como Félix Pons, Pep Alfonso o Emilio Alonso hubiesen criticado duramente a su partido por pactar con los independentistas catalanes a cualquier precio, pero lo que se lleva ahora en el PSOE balear es el silencio, la cobardía en expresar las propias ideas y, sobre todo, seguir en el cargo que sea como sea porque más allá de la política no tienen ningún futuro profesional. Y ahí tienen a la propia Armengol utilizando el Congreso de los Diputados y nombrando a un letrado mayor que sí pueda aceptar la ley de amnistía pese a que son muchos los juristas (todos fachas, por supuesto) los que dicen que es inconstitucional.

Los que ahora callan serán los primeros que se lamentarán en unos años cuando el PSOE viva un desgaste político nunca conocido en este país por culpa de un Sánchez que solo le interesa perpetuarse en el poder desdiciéndose de sus palabras. Luego habrá pocos cargos para repartirse y llegará la desesperación. No debería valer la pena seguir gobernando unos años para esto.