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Demonización de Cataluña so pretexto de exhibición de un famoso cartel, Aidez l’Espagne, firmado por precisamente un gran catalán-mallorquín, Joan Miró, en tiempos de una II República cuyos sicarios asaltaron conventos, los saquearon, violaron religiosas, asesinándolas después en uno de los capítulos al mismo tiempo más crueles y más luminosos de toda la historia de la Iglesia. Fernando Savater, en la manifestación que tuvo lugar en la plaza de Cibeles de Madrid, el pasado sábado 18 de noviembre, contra la amnistía gritó «non serviam». ¿Pero este señor sabe lo que dice? Los españoles no deben ‘servir’, ni al recién constituido Gobierno central de Madrid, ni a los partidos separatistas catalanes. Bueno. Es una opción. Él tiene derecho a aconsejar la rebeldía tanto frente al uno como frente al otro pero a él se le supone un cierto nivel intelectual ¿y no sabe que esa fue la respuesta del Ángel Caído que lo arrojó del Paraíso? «Non serviam» no serviré. ¿Es un lapsus o es una trampa consciente? Porque eso es lo que no se ve en toda ese lanzamiento de manifestantes a la calle: un pensamiento sosegado, una reflexión medida, una línea de pensamiento firme… Y ese es uno de los puntos flacos, muy flacos que emergen al tratar de enfrentar, porque sí, a unos españoles contra otros haciendo gala de ignorancia. Ambos se pierden en su laberinto al tratar de citar un verso de Machado cuando el jefe de la oposición se atreve a corregir al nuevo gobernante, una cita que ninguno se sabe. Lo cual no es obligatorio, saberse a Machado, pero si es obligatoria la calma en quien se supone que es mejor que su oponente y eso es lo que el ciudadano no termina de apreciar, diferencia entre una y otra propuesta, diferencia entre Gobierno y oposición. Manifestantes se echan a la calle y profieren insultos, ni siquiera originales se echan a la calle acordándose de la progenitora unos de otros arrastrando por los suelos nombres, conceptos a los que el dolor y el tiempo han reservado un lugar en la memoria, un lugar en la Historia… pero en el presente si una muchacha se queda embarazada no encontrará manera de dar a su hijo en adopción, un moribundo no encontrará refugio a la hora de transitar hacia la vida definitiva. Un desempleado no verá salida al paro y se suicidará. Ya lo dijo Raimon: «No, diguem no. Per a la vida s’ha fet l’home. No, per a la mort s’ha fet».