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El arranque de la legislatura en Balears está siendo más complicado de lo esperado por el Partido Popular. Las embestidas de Vox el Govern -el apoyo a los presupuestos está en el aire- son de calado. La falta de sintonía entre ambos partidos es obvia en casi todos los frentes y eso que la formación que lidera Santiago Abascal no puede decirse que sea monolítica en las Islas. Frente a este escenario, va tomando cuerpo una opción planteada en esta columna algunas semanas atrás: el adelanto electoral. La misma jugada que hizo Isabel Díaz Ayuso y de la que salió victoriosa machacando a Pablo Iglesias y a Vox, además de ridiculizar a Pedro Sánchez; una decisión de la que salió reforzada incluso frente a la dirección estatal del propio PP. ¿Está en condiciones Marga Prohens de intentarlo aquí?

La incomodidad del PP balear con respecto a Vox es innegable, entre otras razones debido a que la ultraderecha pretende -pienso que erróneamente- ocupar el espacio político de los conservadores, algo que también soñaron Albert Rivera y Pablo Iglesias con el PP y el PSOE, respectivamente. Lograr un utópico ‘sorpasso’, incluso a costa de hacer inalcanzable el poder. Pues en estas estamos. De momento, en el ámbito estatal, Abascal ya ha roto las relaciones con Alberto Núñez Feijóo y en nuestra Comunitat estamos en la misma senda. El Estatut obligaría tener que esperar hasta el mes de julio del próximo año para permitir a Prohens el poder hacer uso de la prerrogativa, que en todo caso siempre será arriesgada y valiente; de lo que no cabe duda es que si se prolonga la actual tensión hasta el 2027 el regreso al poder de la izquierda está garantizado.

Quedan por delante semanas y meses para determinar si se resuelve la crisis actual entre PP y Vox, el tiempo necesario para que se asienten las posiciones de unos y otros en el tablero político de Balears; de lo contrario es indudable que Prohens debería dar el paso. Y no todo son desventajas. Convocar a las urnas el próximo año debilitaría hasta el extremo el posible regreso de Francina Armengol para encabezar la lista el PSIB al Parlament, otro tanto podría decirse de Aina Calvo, mientras que está por ver si Vox habría ya resuelto entonces su liderazgo regional. Es siempre complicado vaticinar el futuro, y más en la política insular, pero me consta que lo que todavía es una hipótesis cada vez son más quienes la estudian como una opción real.

Sánchez se supera

El anuncio de Jordi Turull, secretario general de Junts per Catalunya, de que se está negociando una fecha para un encuentro personal entre Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, con Carles Puigdemont, un huido de la justicia, es el último triple salto mortal que está dispuesto a dar el PSOE para conservar el poder. A estas alturas, estoy por confesar que lo que más me divierte de toda esta deriva son los comentarios y adhesiones inquebrantables a su mahatma de la corte de ministros, diputados, senadores y demás cargos y carguitos nombrados por el Gobierno socialista con sus correspondientes ramificaciones; nadie rechistará. No queda ya ni rastro de un mínimo sentido crítico, una apelación al sentido común y la sensatez; el poder (la silla) lo nubla todo. El cinismo se impone.