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En septiembre de 2009 empecé mis estudios universitarios en Barcelona. El billete simple del Aerobús, el bus azul que conecta el aeropuerto con el centro, costaba 5 euros. Pasó a valer 5,05 euros con la subida del IVA del 16 % al 18 % en 2010, y volvió a subir cuando el tipo general del impuesto sobre el valor añadido (IVA) pasó al 21 %. La última vez que utilicé este transporte en Barcelona pagué 5,90 euros y en estos momentos, la web informa de que el billete simple tiene un coste de 6,75 euros. Es decir, que ha pasado de 5 euros a 6,75 en 14 años. Es una subida del 35 %, o lo que es lo mismo, un 2,5 % en promedio cada año. Para tener un incremento de ingresos equivalente, quien en 2009 cobraba mil euros, hoy debería ganar 1.350 y quien cobraba dos mil, ahora ingresaría 2.700. ¿Le han subido los ingresos de este modo? A mucha gente, no.

De acuerdo con los datos de la Encuesta de Estructura Salarial anual, la ganancia media anual por trabajador en Balears era de 21.322,08 euros en 2014, y en 2021 alcanzaba los 24.134,73 euros, de manera que en siete años se ha incrementado un 13,19 %, que viene a ser un 1,88 % al año.

Por otra parte, la inflación anual acumulada ha sido del 21,9 % en Balears entre 2009 y 2023, de acuerdo con los datos del índice de precios al consumo (IPC) con base en 2021. Es un incremento anualizado del 1,56 %, inferior al deseable 2 %, pero el problema es que las subidas de precios no son homogéneas en el tiempo, sino que dependen de la coyuntura económica. Asimismo, la inflación no es igual en todos los productos porque cada uno está influido por infinidad de variables, desde la aparición de guerras hasta las sequías.

Con las consecuencias catastróficas del coronavirus, primero en vidas y después en términos económicos, vimos que la ralentización económica -es decir, que la actividad crece pero menos que en anteriores años- no era para tanto y que siempre puede ser peor. Las guerras que se han desatado en los últimos años son otra prueba. Durante la recuperación poscovid volvieron a aparecer en la prensa económica los miedos de que se instale una estanflación, es decir, inflación y estancamiento económico. Sin embargo, el pasado 2023 cerró con reducciones de la inflación por segundo año consecutivo, situándose en diciembre en el 3,3 % en Balears y en el 3,1 % a nivel estatal. Y las perspectivas de crecimiento son tranquilizadoras entre tanta incertidumbre, pese a preverse cierta desaceleración.

Que los precios crecen más que los salarios, no es ninguna sorpresa. Y que en Balears perdemos más poder adquisitivo que en otros lugares, tampoco. Por un motivo u otro, en Balears no solo somos más pobres con respecto a nosotros mismos, sino también con respecto a los demás.