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La originalidad no tiene límites. Ser creativo en la escuela es esencial, porque los alumnos deben ser partícipes de proyectos estimulantes para obtener una buena formación. En el colegio Sant Salvador de Artà se ha llevado a cabo una actividad sorprendente. Me imagino que con la voluntad de promover el civismo, se inició un recorrido a la búsqueda de heces de perro. Las personas que no recogen las heces de sus perros son incívicas y demuestran muy poco respeto por su entorno. Son contradictorias: presuponen el amor que sienten por sus mascotas, pero no disimulan una indiferencia absoluta por sus conciudadanos y por el lugar donde viven. Si no cuidas tu calle, ¿cómo pretendes cuidar al mundo?

Los alumnos han iniciado una búsqueda y captura de cacas de perro. El objetivo era fotografiarlas. Es decir, la mierda como protagonista absoluta de una fotografía: formas diferentes, tonos de color variados, consistencia múltiple.

El mensaje parece claro: los protagonistas no eran ni los perros ni sus dueños. Tampoco tenía demasiado interés el paisaje de la fotografía. ¿Para qué perder el tiempo en lo que no es esencial? Cuando hacemos una foto, debemos focalizarnos en lo que queremos resaltar. Las fotografías de mierda perruna han resultado de lo más variopinto. Parece que van a ser un buen material de exposición y que incluso están a la venta. Como para gustos, colores… pues elijan ustedes la mierda que más les agrade. Se dispone de un interesante surtido de imágenes entre las que escoger alguna para adornar el comedor de casa o el cuarto de invitados, por ejemplo.

No consigo captar cuál era el objetivo último de este proyecto. ¿Encontrar la belleza de lo desagradable? ¿Convertirse en especialistas en la materia? ¿Jugar con caca? ¿Llamar la atención sobre la cantidad de mierda que nos rodea? Puede que yo no haya entendido nada. Hay tantas cosas que no alcanzo a comprender... Tal vez la fotos solo pretenden ser una enorme metáfora de nuestro tiempo.