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La fachosfera huele a naftalina». No, no es una frase supuestamente ocurrente de un tuitero con ganas de ser gracioso. Es una nueva iniquidad del presidente del Gobierno en una entrevista televisiva esta semana.

Me había propuesto escribir sobre las controversias que el famoso VAR está ocasionando en el mundo del fútbol, pero Pedro Sánchez no da tregua. Se empeña en apuntalar esa realidad que ha creado, de dos mundos, el bueno y el malo. El presidente del Gobierno afirmó que pasaría a la historia de España por haber sacado los restos mortales de Franco del Valle de los Caídos. ¡Qué manía de mirar hacia atrás, Franco no le interesa a nadie!

¿Les parece impropio que todo un el presidente del Gobierno hable de la fachosfera? Pues en ese mismo programa, Pedro Sánchez al ser preguntado sobre la canción Zorra, que irá a Eurovisión, dijo «entiendo que a la fachosfera le hubiese gustado tener el Cara al sol pero a mí me gustan más este tipo de canciones».

Es increíble la capacidad que muestra para dividir al país y para un retorno a tiempos del pasado poniendo en el mismo saco a demócratas genuinos discrepantes y a cuatro pelagatos que no representan a nadie.

No sé si es consciente del insulto que supone bromear sobre estas cuestiones, especialmente para quienes vivimos la Transición, luchamos por la democracia y conseguimos que lo del Cara al sol quedase solo para unos pocos nostálgicos desnortados que jamás influyeron en el proceso democrático español.

Es fascinante la capacidad del presidente del Gobierno para aparentar lo contrario de lo que de verdad está haciendo y para establecer su verdad por encima de jueces y miembros del parlamento. Ha afirmado también que todos los independentistas serán amnistiados porque no son terroristas. La verdad, no sé por qué se molestan los jueces en instruir los casos si Pedro Sánchez ya ha dictado sentencia.

Decía Javier Melero en La Vanguardia que cuando se asocia la etiqueta de terrorismo a los disturbios perpetrados por los de Tsunami, no solo se revientan las costuras de la ley, sino las del sentido común.
Lo del terrorismo se decidirá en sede judicial como debe ser. Pero cuando se hace depender el Gobierno de un país de un tránsfuga, se revientan las costuras del sentido común. Y cuando se pacta con delincuentes una amnistía a medida para que, a cambio, se presten siete votos que permitan a Sánchez seguir en el Gobierno, se revientan todas las costuras, las de la ley y las de la decencia política.

Por lo visto, lo verdaderamente importante es que a los que no están con Sánchez, les gusta el Cara al sol. No tiene ni pizca de gracia.