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Me han sorprendido las críticas al Partit Popular sobre la ausencia de representantes de este en homenajes realizados con el Muro de la Memoria del cementerio de Palma de fondo.

La realización de este Muro se llevó a cabo por el Ajuntament de Palma en la legislatura 2007-2011, con una primera edil socialista Aina Calvo gracias al pacto de los partidos de izquierda con la Unió Mallorquina de Munar, desbancando a la primera mujer alcaldesa de la ciudad, Catalina Cirer, que había ganado las elecciones con claridad con más de un 46 % de los votos. El PSOE más Bloc sumaban un 43,62 %; los populares representaban a más ciudadanos de Palma en esa legislatura con 14 concejales superando a los partidos de izquierdas que contaban con 13 regidores.

En mi opinión, las iniciativas respecto de la Guerra Civil y sus consecuencias deben ir dirigidas a consolidar los valores democráticos actuales, con una clara vocación de promoción de los objetivos de convivencia, concordia y respeto a todas las ideologías y creencias compatibles en cualquier democracia de corte occidental.

En la iniciativa sobre el Muro nunca se buscó la complicidad ni participación de la formación política con mayor representación ciudadana, como era a la sazón el Partit Popular.

Dicha iniciativa se hizo completamente a espaldas del PP, con una intencionalidad electoralista por parte de la izquierda y de la asociación de memoria histórica, alejados de la búsqueda de un espacio de encuentro que permitiera ensalzar los valores de concordia y de recuperación de la memoria para que hechos como la Guerra Civil no puedan volver a repetirse.

Antes de imponer ese Muro a todos los ciudadanos existía un gran consenso entre todas las fuerzas políticas sobre el itinerario el día de Tots Sants que incluía un homenaje a los políticos asesinados en el cementerio, entre ellos el alcalde de Palma Emili Darder; los gobiernos populares siempre habían participado en ese homenaje, es más, siendo alcalde el popular Joan Fageda se declaró a este hijo ilustre de la ciudad.

El consenso sobre ese itinerario fue roto de manera unilateral por el gobierno de esa legislatura 2007-2011. A pesar de ello, los representantes populares siguieron participando en el homenaje a los políticos asesinados por el bando nacional.

En esa época cualquier acción municipal relacionada con el franquismo no buscaba otra cosa que un rédito electoral en las siguientes elecciones municipales, como la eliminación de la cruz junto a la Catedral o la retirada simbólica de la medalla de oro de la ciudad a Franco. Por cierto, esta retirada fue posible gracias al grupo municipal popular, que en ese pleno municipal contaba con la mayoría de los votos, superando a los partidos de izquierda, por la ausencia de los concejales de UM.

Si con todas esas actuaciones se intentaba recoger sus frutos en las siguientes elecciones municipales del 2011, hay que recordar que se tradujeron en la mayor victoria electoral de su historia por parte del partido de centro derecha con 17 concejales.

Teniendo en cuenta lo anterior, la reacción normal con todo lo relacionado con el Muro es que no sea el sitio apropiado para que vayan representantes del PP.